-Hombre, la estética colabora lo suyo. No es fácil que te sienten bien los pantalones de campana.
-No, a todo el mundo no le sientan bien. Ni las camisetas de licra beige, tampoco. Pero hay que ir un poquito más allá. Seguramente el problema que hemos tenido es que no hay una tribu urbana discofunk y no se ve a gente con todo eso. Pero la música disco sí que sigue teniendo ese punto de elegancia en el sentido de que la gente va a la discoteca maqueada. Y además es una elegancia desinhibida.
-¿La música electrónica se ha apoderado irremediablemente de las pistas de baile?
-Sí, pero si te fijas las últimas tendencias en electrónica están absolutamente influenciadas por el sonido disco. Daft Punk, por ejemplo, han hecho un álbum que es cien por cien disco. Y el house no deja de ser una evolución de la música disco, de su paso de los 70 a los 80. El funk y la música disco fueron el principio de toda esta cultura musical de club. Aunque a veces los principios son un poco deshonrosos (se ríe), están ahí.