«Los políticos suelen mentir, pero usted también lo hace»

Susana Luaña Louzao
susana luaña VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Villamarín enseñó a reconocer las emociones en los rostros de los personajes públicos.
Villamarín enseñó a reconocer las emociones en los rostros de los personajes públicos. mónica irago< / span>

El rostro puede expresar hasta tres mil emociones fácilmente identificables con las técnicas que emplea Raúl Villamarín

28 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Una pena que la mayor parte de los alumnos de segundo de Bachillerato del IES Miguel Ángel González de Carril todavía no puedan votar el mes que viene, porque con las técnicas aprendidas ayer de la mano de Raúl Villamarín, será difícil que los políticos les engañen a la hora de venderles su programa electoral. Organizado por el departamento de Lengua Castellana y Literatura, los alumnos de Juliana Dios asistieron ayer a una sesión distinta pero muy interesante que corrió a cargo de este experto en detección de mentiras que forma parte del Gabinete Orienta y que colabora con distintas instituciones.

El objetivo de la ponencia era la comunicación no verbal; es decir, la cantidad de información que damos sobre nuestras emociones sin decir palabra, solo por los gestos. Pero lo más interesante de las enseñanzas de la neurociencia, al menos lo más llamativo de la clase que impartió Raúl Villamarín, es lo que tiene que ver con la detección de mentiras.

Así que los políticos mienten; lo hacen muy a menudo, pero el resto de los adultos, también. Tal y como indicó el ponente, en una conversación de diez minutos se cuelan al menos tres mentiras; pueden ser exageraciones, pueden ser mentiras piadosas, pueden ser matices... pero a fin de cuentas, se falta a la verdad. Y mentimos todos, hasta el punto de que buena parte de esas mentiras están toleradas socialmente; el 37 % de la población adulta cree que está bien mentir sobre la edad; de hecho, el 54 % de las mentiras son aceptadas por los demás, e incluso el 42 % de la población cree que está bien mentir. Ya si se trata de adolescentes, está estudiando que el 98?% de ellos les mienten a sus padres. Eso según el ponente, porque algunos estudiantes se preguntaron qué hace entonces el otro 2?% restante.

Técnicas para no detectarlas

O sea, que a Raúl Villamarín es difícil que un político le mienta, porque se lo lee en el rostro. Aunque como para todo hay trucos, igual que hay expertos para detectar mentiras los hay que enseñan al político cómo esconder las emociones. Un caso significativo es el de Bill Clinton. «Mintió cuando dijo que no se había acostado con Mónica Lewinsky, pero era más fácil verlo en el rostro de ella, más sincero».

comunicación no verbal en el ies de carril

Un adulto falta a la verdad al menos 3 veces en una conversación de diez minutos

«La verdad o la felicidad; nunca ambas»

Es un viejo debate. Ya lo planteó Baroja en El árbol de la ciencia. Y ayer salió también a la palestra en la ponencia del instituto de Carril: «La verdad o la felicidad, nunca ambas». Un concepto que da que pensar. Pero como ni Raúl Villamarín ni Juliana Dios ni los alumnos presentes en el aula de segundo de Bachillerato quisieron hacer caso de tan inquietante consejo, optaron por seguir conociendo la verdad; o lo que es lo mismo, seguir profundizando en las técnicas para detectar la mentira. Se trata de una ciencia que en otros países está más desarrollada que en España, pero que trabaja hasta con tres mil emociones humanas. Las universales, con todo, son siete: Asco, ira, miedo, desprecio, sorpresa, alegría y tristeza, y cada una de ellas puede ser detectada por la expresión de los ojos o de la boca, por la colocación de los hombres, los dedos...

La clase se completó con una serie de vídeos en los que se podía reconocer una serie de facetas que caracterizan a personajes públicos por sus gestos. A los chicos, quien les produjo más miedo fue Putin, por encima incluso de un grupo de terroristas. Se sorprendieron con la aparente inexpresividad de Obama, entrenado para ello, y de lo fácil que fue detectar las mentiras de Rajoy en una entrevista.

Y ahora, que digan lo de «puedo prometer y prometo».