«La calidad humana en la medicina es tan escasa que con un poquito que des...»

Susana Luaña Louzao
susana luaña VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Está al frente de una de las unidades más sensibles y mejor valoradas del hospital

16 feb 2015 . Actualizado a las 12:25 h.

David Vaquerizo (Madrid, 1872) hizo la residencia en Galicia y se quedó porque quería huir de Madrid. «A mi mujer le gustó y nuestros hijos son gallegos». Llegó al Hospital do Salnés hace siete años y cuando se creó la unidad de paliativos se puso al frente. Ayudar a la gente a morir no siempre es fácil, sin embargo, es una de las unidades más valoradas del centro comarcal.

-¿Por qué paliativos? ¿No resulta demasiado duro ver morir a la gente?

-Es una inquietud que tengo desde que estoy estudiando. Empecé como voluntario con terminales de sida en Madrid. Pero hay que tener ganas, es querer, tienen que interesarte las personas. No todos valemos para esto. En realidad yo soy médico de Familia y a lo mejor un día cambio.

-¿Sus pacientes tienen una mayor necesidad de apoyo humano que médico?

-Lo que necesitan es acompañamiento, seguridad, que el tratamiento sea lo menos doloroso posible. Y en esto la familia es imprescindible, porque el tema del sufrimiento es complicado y hay una parte que es inevitable, que no puede paliar la medicina, y es ser consciente de que te vas a morir.

-¿Y siempre son conscientes?

-Sí que lo son, lo que no quiere decir que sean capaces de hablar de ello. Pero es mucho mejor hablar, porque si no se puede caer en el aislamiento en esos momentos finales. La muerte forma parte de la vida y es necesario compartirlo.

-¿Cuentan con medios suficientes para poder realizar su trabajo en condiciones?

-Somos un médico y una enfermera, y otra más que por la tarde la tenemos que compartir con hospitalización a domicilio. Y luego está el personal de las camas. Hay cuatro habitaciones y cuando está abierta la tercera planta son siempre individuales, pero cuando está cerrada hay más necesidades de espacio y no siempre puede ser, aunque eso es lo ideal.

-¿Es conciente de que son una de las unidades mejor valoradas del hospital?

-Supongo que se debe a que el trato de todo el personal es muy atento; es una situación final en la que se procura un trato individualizado. A ese nivel solo tengo buenas palabras.

-¿Y cuál es el secreto?

-La humanidad. Recuperar la humanidad en el campo de la medicina es uno de los grandes aciertos de los últimos tiempos. El inicio de la medicina fue paliativo, pero con el ansia de curarlo todo, lo de cuidar a la persona, más que sanarla, quedó en un segundo papel. Lo que se pretende con los paliativos es recuperar eso. La calidad humana en la medicina es tan escasa que con un poquito que des...

-¿Qué es lo que falta para dar un buen servicio?

-Una mejor distribución de los recursos y mayor implicación de los médicos. Falta una buena cobertura; hay zonas en la provincia de Pontevedra que no tienen el servicio, carecen de paliativos. No hay la misma posibilidad en todas partes. Los recortes en servicios sociales se traducen en mayores dificultades para atender a estas personas. Vivimos en una sociedad envejecida y aquí en la comarca hay varios geriátricos, pero no todo el mundo tiene dinero para tener a los mayores bien atendidos.

«Que lo tengan tan claro como Sampedro hay pocos; lo que hay generalmente es miedo a morir»

No es que haya muchas peticiones de eutanasia por parte de los pacientes en estado terminal o de sus familiares, pero algunas sí llegan, y los médicos tienen que prepararse para enfrentarse a una solicitud que, además de tener sus consecuencias éticas y legales, suelen esconder razones últimas que el facultativo debe desentrañar.

-¿Cómo reaccionan ustedes ante un paciente que pide la eutanasia?

-El miedo a pasarlo mal hace que se pidan eutanasias cuando no hacen falta. Antes de discutir entre si eutanasia sí o eutanasia no, tenemos que ofrecer unos buenos cuidados paliativos. Hay demanda, pero es porque lo están pasando mal; si lo paso mal, lo pido. Nosotros contamos con una medicación para paliar los síntomas, pero además tenemos que saber de dónde surge esa demanda. Gente que lo tenga claro como Ramón Sampedro hay muy poca, generalmente es miedo a morir.

-Y para morir, ¿mejor en casa?

-Morir en el hospital no es un fracaso de los paliativos. En Estados Unidos siguen muriendo en el hospital, no todo el mundo puede morir en casa. Lo que se necesita para que puedan ir a casa es que la familia se sienta cpaz de manejar la situación y tener apoyo detrás. El porcentaje, aunque no siempre coincide, suele ser de un 70 % que fallece en casa y un 30 % en el hospital. Pero cada caso es único.

-Con todo, en Galicia sigue imperando la costumbre de morir en casa.

-En Galicia eso también está cambiando porque cambian las necesidades, la familia trabaja y no siempre pueden atenderlos. Hay una parte de voluntariado, de acompañamiento... Tenerlo en casa no quiere decir que esté mejor atendido. Y en cuanto a lo de que ellos no quieren... depende. Habitualmente los mayores quieren estar en su entorno, pero su entorno es su casa, no es la de sus hijos. Aunque los hijos quieran no siempre van a poder cumplir sus deseos.

-Es decir, que la tendencia está cambiando.

-Es una cuestión de planificación del futuro, el modelo de cuidar a los mayores en casa todavía tiene arraigo en nuestra sociedad, pero el modelo europeo no va por ahí, y desde luego no están peor cuidados.

-¿Por qué son necesarias unidades específicas de paliativos?

-Por la necesidad de humanizar la medicina, pero depende de la voluntad del médico y del personal. Esta es una unidad donde el voluntariado, el acompañamiento y la sensibilidad importan.