El pequeño Nicolás busca su sitio en el belén de Valga

AROUSA

MONICA IRAGO

Los acontecimientos más importantes del año tienen su sitio en el nacimiento artesanal

09 dic 2014 . Actualizado a las 15:55 h.

Tal vez, como él mismo confesó con pasmosa facundia televisiva hace un par de semanas, el fiasco de Ribadeo le haya impedido continuar viaje a Ribadumia. No importa. Como premio de consolidación, el pequeño Nicolás, uno de los hombres del momento en este atribulado país, verá recompensados sus desvelos institucionales con un lugar propio en el belén artesanal de Valga. Así lo reconocía el domingo un miembro del equipo responsable del magnífico Nacimiento que cada año abre sus puertas en el municipio arousano entre el puente de la Constitución y el segundo domingo de enero. Quienes acudieron a la cita inaugural no pudieron, sin embargo, disfrutar de la contemplación de este personaje de complicada definición. Un descuido privó al numeroso público de tan sobresaliente experiencia. No obstante, la organización, siempre atenta a los bandazos de la actualidad social, política y económica, no podía sobrevolar el fenómeno de Francisco Nicolás -su paso por los platós le va agrandando el nombre por fascículos, en un fenómeno parejo al del pinchadiscos antes conocido como Paquirrín- sin abrirle un hueco en los 250 metros cuadrados en los que se expande su pequeño universo navideño. Así que no será exactamente una figura, pero Nicolás, más amigo de sus amigos que por lo visto sus amigos de él, se ha ganado un sitio en Valga. El reto consiste, ahora, en dar con él.

El último grito

De esta forma, el chaval que sedujo a empresarios, prebostes de todo tipo y condición y burócratas pertenecientes a los más delicados departamentos de la función pública compartirá belén con Isabel Pantoja, recién entalegada para la ocasión; Teresa Romero a las puertas del hospital Carlos III limpia de ébola; Pedro Sánchez, flamante líder del puño y la rosa; un AVE de cartón que, al ritmo de los acontecimientos, será el más rápido que durante algún tiempo veamos por Galicia; una mesa consagrada a Podemos aunque sin coletas; o la impresionante etapa que se marcan los muchachos de La Vuelta ciclista a España.