Pero las necesidades son muchas más. Los voluntarios, que reciben a los vecinos tres días a la semana, no dan abasto. Han tenido que poner vez y día, porque de cada tanda llegan diez personas. Pasa algo parecido con los vales de comida que sufraga la diócesis y que este año autorizó el incremento en 2.000 euros más cada mes. «Fue en agosto, a raíz del problema de los comedores escolares, y esperamos que se mantenga hasta diciembre». Cada familia con hijos se lleva un vale de 50 euros para canjear por productos frescos en el súper, porque luego, a mayores, está el reparto mensual de productos no perecederos.
Hasta enfermedades
Y muchas necesidades más: pagos de alquiler, de gas, el ropero y hasta enfermedades. «Hay una madre cigana con anemia que nos preocupa, si no le ayudamos se va a morir». Y en eso están. Cáritas lo da todo, lo único que no da es dinero. Para que las cuentas estén claras.