Los alumnos del instituto de Meaño cambian sillas por pelotas

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

La iniciativa busca que los niños se sienten rectos

28 feb 2014 . Actualizado a las 11:06 h.

Lograr que los alumnos se sienten rectos en una silla es el objetivo que se ha marcado el departamento de educación física del instituto de Meaño. Por eso, desde hace unos meses, los pupilos se han despedido de las sillas y las han cambiado por grandes pelotas de goma. No es este el único proyecto innovador del centro. En el departamento de tecnología han convocado un concurso de inventores y están construyendo su propia impresora de tres dimensiones. Y en la biblioteca, además de los libros tradicionales, hay una decena de ebooks, para animar a los alumnos a sumergirse en el maravilloso mundo de la lectura.

Educación postural

El centro cuenta con un Plan Valora en el que lleva años trabajando. Primero apostó por fomentar la alimentación saludable y el deporte como una alternativa de ocio. Ahora, ha querido dar un paso más y ayudar a sus alumnos a prevenir futuros problemas de espalda. «Traballamos cunha serie de exercicios para que os rapaces teñan unha postura correcta porque pasan moitas horas sentados», explica José Antonio Ricoy, jefe de estudios del centro. Para conseguir esto han sustituido las sillas por pelotas de goma. En las clases de primero, los alumnos se sientan sobre unos inmensos balones azules.

Experiencia innovadora

Pero no solo los estudiantes se sientan sobre pelotas. Los profesores de este centro han hechos suyo eso de predicar con el ejemplo y, en muchos casos, han cambiado también sus sillas por pelotas. «Son cómodas, pero hai que manter o equilibrio», explica Ricoy. Ese equilibrio es el que ayuda a que la espalda esté siempre recta, «porque senón caen», añade. En general, la iniciativa está teniendo muy buena acogida, aunque los alumnos reconocen que, pasada la ilusión inicial, mantener el equilibrio durante toda la mañana no es tarea sencilla. «A verdade é que cansa un pouco», reconoce uno de ellos. El proyecto se mantendrá hasta final de curso, cuando se elaborará un estudio para saber en detalle los beneficios que ha tenido. Si triunfa, podría extenderse al resto de aulas. «Esto non é un capricho, estamos convencidos de que esto é bo», afirma Ricoy.

La biblioteca

La innovación de este centro se puede ver también en la biblioteca, donde disponen de una decena de libros electrónicos. «Mercámolos hai dous anos para animar aos críos a que leran, porque a eles o soporte papel non lles vai», explica Cruz García, del equipo de la biblioteca. Y la iniciativa ha tenido éxito. «Gústanlle moito e están tendo moita aceptación», añade. El centro cuenta con un club de lectura, que se reúne en los recreos. Y también con un proyecto que obliga a los alumnos a dedicar quince minutos al día a la lectura. Lo hacen en horario de clase. Pueden utilizar libros de la biblioteca o traer los suyos de casa. También, coger una de las revistas que tienen a su disposición. Lo importante, explican los profes, es que lean.

Concurso de inventores

El departamento de tecnología, en cambio, tiene en marcha un concurso de inventores. La participación está abierta a todos los centros de la comunidad gallega y se puede participar a través de la web del centro, donde está colgada toda la información al respecto. «Tentamos fomentar a imaxinación. Trátase de que propoñan unha idea para modificar ou mellorar un obxecto que xa existe», explica César Fernández, jefe del departamento de tecnología. Como ejemplo de invento sencillo pone el chupa-chups, para demostrar que a veces solo es preciso tener una buena idea. Los interesados disponen hasta el próximo 30 de abril para presentar sus ideas. Otro de los proyectos en los que está trabajando este departamento es en la construcción de su propia impresora de tres dimensiones. 21 alumnos se encargarán de aprender a ensamblar las piezas que forman este novedoso aparato, para conseguir que funcione. Una vez terminada, con ella podrán imprimir piezas de plástico de veinte por veinte centímetros.