Eran las ocho de la tarde de ayer cuando I.S.O, una vecina de la parroquia de Dena, en Meaño, regresó a su vivienda. Lo hace todos los días a la misma hora,
que es cuando termina su trabajo cuidando a un señor mayor que vive a tres casas de la suya. Pero ayer se encontró una desagradable sorpresa. Cuando iba a acceder a su finca se cruzó con tres encapuchados que portaban, sospechó entonces, parte de sus pertenencias. El miedo la dejó paralizada y ni siquiera recuerda lo que le dijeron entonces los asaltantes. Le dirigieron unas palabras y se fueron. Presa del pánico llegó esta mujer, de unos cincuenta años
de edad, a pedir ayuda a sus vecinos. Les contó que, justo cuando iba a entrar en casa, se cruzó con tres encapuchados que salían de la misma. Le dijeron
«tranquila, tranquila» y algo más que le resulta imposible recordar. Solo sabe que hablaban gallego. El miedo la dejó paralizada y fue incapaz de reaccionar.
Apenas recuerda que vestían pasamontañas y que se marcharon en un coche, que le resultó imposible ver. También, que llevaban algo en las manos.
Una vez en su vivienda, la encontró totalmente desvalijada. Se habían llevado dinero y joyas, entre ellas, unos pendientes y un anillo.
Posteriormente, los vecinos explicaron que habían visto llegar a la zona un coche del que se bajaron tres hombres, quedando un cuarto en el interior del mismo.
No llamaron la atención entonces, porque no llevaban pasamontañas. I.S.O. también contó que esa tarde había acudido a su casa a las siete, a encerrar
a los animales. Por fortuna, entonces no se cruzó con ellos.
La víctima se negó en principio a recibir asistencia médica, aunque sus vecinos aseguran que se encontraba presa de un ataque de ansiedad y de pánico.
Aún así, regresó a su casa. En ella reside completamente sola desde que hace dos años falleció su madre.