El hambre amenaza a cuatro mil niños sin recursos de la comarca de O Salnés

Susana Luaña Louzao
Susana Luaña VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Amigos de Galicia da de comer a diario a 25.936 personas, de las que 14.175 son menores.
Amigos de Galicia da de comer a diario a 25.936 personas, de las que 14.175 son menores. mónica irago< / span>

La mitad realiza una comida completa al día gracias a los comedores

11 jun 2013 . Actualizado a las 06:57 h.

La semana pasada se dio a conocer uno de esos datos que suponen un aldabonazo para las conciencias: en España hay niños que pasan hambre. Lo detectó primero Cataluña, con un estudio que hizo a través de los colegios, y ahora son ya varias las comunidades autónomas que pretenden erradicar ese problemas a través de los comedores escolares, cubriendo la alimentación de los menores de esas familias sumidas en la pobreza.

En Arousa no hay niños que pasan hambre. Lo aseguran con rotundidad desde Amigos de Galicia. Pero no los hay precisamente porque esta entidad, junto con Cáritas y otras oenegés, en colaboración con los servicios sociales y los colegios, están alerta para evitarlo. «A veces son los ayuntamientos, pero otras veces avisan los colegios», subraya Noelia Romero, trabajadora social de la fundación.

Como en el resto de España, la colaboración de los profesores es fundamental. En Cataluña se detectó algún caso de menores que se mareaban en clase porque no habían desayunado. Por eso la vía de comunicación con los centros de estudios es fundamental. «Acabamos de mandar un correo electrónico a concellos y colegios para que nos informen de las necesidades que hay, ahora que llegan las vacaciones escolares».

Más paquetes, más comida

Porque al llegar estas fechas, Amigos de Galicia duplica los alimentos que envía a las casas en las que hay niños. En la actualidad son unos cuatro mil menores los que en O Salnés se benefician de las ayudas de Amigos de Galicia. Aproximadamente la mitad tienen asegurada una comida completa al día porque la hacen en el comedor escolar, pero las vacaciones están a punto de llegar y la fundación, consciente del riesgo que corren esos menores, ya se ha puesto a trabajar para detectar aquellos casos en los que es necesario reforzar los envíos de alimentos. Sirva Moraña como ejemplo: «Ahí atendemos a quince familias, y en nueve casos tenemos que duplicar el número de alimentos porque hay niños que van a dejar de comer en el colegio». O sea, casi la mitad de los beneficiados.

Para paliar esas carencias, la fundación ya hace acopio de alimentos adecuados para esta franja de edad. Yogures que llegan a través de Feiraco o hamburguesas formarán parte a partir de ahora de los paquetes que reciba cada casa con menores en período vacacional. Todo ello supone, en la mayor parte de los casos, duplicar la cantidad de comida que se envía en invierno, y que consiste, sobre todo, en alimentos no perecederos.

Pero como no solo de pasta vive el hombre, y menos los niños, también se hace entrega a estas familias de fruta, carne o pescado. En muchos casos son decomisos. Cáritas recibió hace poco plátanos que ocultaban un alijo de coca en el puerto de Marín, y a Amigos de Galicia se le hizo entrega la semana pasada de 300 kilos de jureles interceptados en un control.