Las lluvias causan destrozos en las murallas del convento de A Armenteira

Rosa Estévez
Rosa Estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

Diputación y Patrimonio estudian cómo afrontar las reparaciones

17 abr 2013 . Actualizado a las 06:53 h.

En cuestión de días, la empresa contratada por la Xunta para completar la rehabilitación de la iglesia de A Armenteira comenzará a trabajar. Con un presupuesto de 308.000 euros, la firma Resconsa limpiará la fachada, carpintería y pavimentación de interiores, acondicionamiento del atrio y dotación de electricidad a varias dependencias. De todo ello fue informada ayer puntualmente, y sobre el terreno, la directora xeral de Patrimonio, María del Carmen Martínez. Su presencia en A Armenteira fue aprovechada por el presidente de la Diputación, Rafael Louzán, para solicitar su ayuda para hacer frente a otra actuación pendiente: rehabilitar las partes de la muralla del convento que han quedado destrozadas como consecuencia de las fuertes lluvias del invierno.

Según explicó el presidente de la Diputación, el muro se ha venido abajo en dos tramos. Y un tercero, situado justo sobre la fuente que hay a la entrada del complejo monástico cisterciense, amenaza con desplomarse también y ha sido necesario apuntalarlo.

El Monasterio de Armenteira, rebautizado como «a catedral do Salnés» por Rafael Louzán, fue uno de los asuntos centrales abordados en la reunión celebrada ayer entre la Diputación y la directora xeral de Patrimonio. Tuvo lugar el encuentro en la pousada situada a tan solo unos metros del monasterio, y que, al igual que el resto del edificio de esa red de hoteles accesibles que construye el organismo provincial, lleva cierto retraso.

Retraso por el mal tiempo

«As choivas demoraron a finalización», explicaba ayer Louzán, quien señalaba que en estos momentos hay «cadenas interesadas» en la gestión de estos complejos hoteleros, y asociaciones y colectivos de personas con problemas de movilidad que están interesados en conocer la iniciativa.

Desde Armenteira se abordaron ayer varias de las actuaciones que la Diputación ha puesto en marcha para la recuperación y puesta en valor del patrimonio de la provincia. En ese capítulo destaca el proyecto elaborado para rescatar del olvido casi una veintena de castros que en su día fueron excavados pero que, luego, acabaron cubiertos por el abandono.

Para redescubrirlos, la Diputación necesita autorizaciones y permisos. También precisa financiación, que espera encontrar tanto en la Xunta como en el 1 % cultural del Ministerio de Fomento.

Pero eso será de cara a una segunda fase. De momento, en el plazo de un mes empezará a trabajarse en los castros. Unas brigadas contratadas para ello realizarán un operativo de limpieza que estará dirigido por arqueólogos y personal experto, a fin de evitar que se causen daños en las estructuras castrexas.

Con todos esos castros, entre los que figuran Adro Vello (O Grove), Igrexa Vella (Valga), A Lanzada (Sanxenxo), Monte do Castro (Ribadumia) y Castro Alobre (Vilagarcía) se pretende elaborar una ruta: una guía que permita reconstruir una etapa de la historia gallega. Al frente de esta iniciativa está el arqueólogo Rafael Rodríguez, el mismo que encabeza las excavaciones en yacimientos como Monte do Castro (Ribadumia). Rodríguez explicó a la directora xeral de Patrimonio la necesidad de que se elabore un plan director para este recinto. Con la máxima responsable de este departamento se abordaron otros proyectos, entre ellos las mejoras que necesita el Camiño Portugués.