Asumiendo que el tren circulará hacia los muelles bajo el imperio del sol, y no de la luna, lo que para el Puerto resulta inamovible son las condiciones de seguridad en las que debe realizarse dicho tránsito. Para empezar, la velocidad máxima que alcanzará el convoy se limita a 6 kilómetros por hora, supervisado siempre por un técnico.
El trazado discurrirá por el denominado vial de enlace, entre el parque de Miguel Hernández y la zona lúdica de la TIR hasta alcanzar la rotonda de O Cavadelo, punto en el que la vía se interna en el recinto estrictamente portuario.
Este planteamiento, el único viable económicamente, ofrece sin embargo dos dificultades. La primera es antigua: la convivencia con el tráfico rodado en un punto tan sensible como O Ramal. La segunda es nueva: garantizar que no interfiera con la salida del parque de bomberos.