La plantilla de Alfageme resiste sin noticias de la Xunta

AROUSA

MARTINA MISER

El PP insiste en que Industria trabaja para resolver el recurso de los Lago

17 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El sábado hay una boda en Ravella, por lo que tendrán

que desalojar

Políticos de izquierdas y sindicatos visitaron ayer a las trabajadoras

Van ya dos días de encierro y el cansancio empieza a hacer mella, pero la determinación es la misma: entraron en Ravella el lunes y seguirán encerradas en el salón noble hasta que la Consellería de Industria resuelva de una vez por todas el conflicto de Alfageme.

Una veintena de mujeres, acompañadas por Rosa Abuín, pasó la primera noche en la casa consistorial de Vilagarcía. Las horas transcurrieron «contando contos e arranxando as herdanzas», decían por la mañana entre risas. Apenas pegaron ojo, aunque las familias les llevaron colchones y sacos de dormir para que la espera se les hiciese más llevadera. Pero la tensión no se lo permitió. Solo echaron alguna cabezada esperando que en la jornada de ayer hubiese noticias. Pero no fue así. Nadie de la Consellería de Industria se puso en contacto con ellas.

Según Rosa Abuín, el único que se acercó a hablar con las trabajadoras, «aproveitando que eu saíra», fue el alcalde, Tomás Fole. Al parecer, el regidor le dijo a las mujeres que la Xunta seguía trabajando para resolver el recurso presentado por la familia Lago, «que facían o posible por resolvelo canto antes pero que era un recurso moi elaborado e que a asesoría xurídica tiña que estudalo».

De quien sí hubo noticias fue de la administración concursal. Y nada buenas, según la CIG. «Din que o 18 empezan a preparalo todo para a subasta». A Rosa Abuín, el hecho de que la Consellería de Industria no haya dicho nada hasta ahora es una prueba más de lo que ella se teme desde hace tiempo: «Que hai presións dende o propio PP para que se faga esa subasta». Esa posibilidad implicaría que los puestos de trabajo ya no podrían recuperarse, y ese es el único motivo que mantiene encerradas a las trabajadoras, que en la tarde de ayer se preparaban para pasar una noche más en Ravella. «Xa nos trouxeron catro colchóns máis, agora xa temos sete», decían.

De las 150 trabajadoras de la firma que permanecen encerradas hay mujeres de toda la comarca: de Cambados, de Ribadumia, de Meaño... La mayoría están en el paro. Algunas cobran una ayuda de 400 euros, otras ocupan trabajos temporales para llevar algún dinero a casa. Algunas ya no cobran un euro.

Entre ellas está Rosa Castro, de Cambados. «Eu empecei aos 16 anos en Peña, e daquela tiñamos máis dereitos -asegura-. Había un horario, unhas horas para ir ao médico, vacacións, horas extras... Agora buscas outro posto de traballo e non tes nada diso».

Rosa, Carmen, Benita e Isabel forman parte de la veintena de mujeres que pasaron la primera noche en Ravella. Ayer, a las nueve de la mañana, estaban cansadas, pero firmes. Empezaban a recibir las visitas de sus familiares, lo que les insuflaba ánimo. «Estamos aquí por orgullo e polos nosos postos de traballo». Y no piensan claudicar. «Onte pensaron que íamos marchar, ¿pero non recordan que estivemos quince días pechadas na fábrica e estabamos peor, que aquí se está quentiño?», se preguntaba Benita.

A lo largo de la jornada, algunas fueron a trabajar; otras, a cuidar de sus familias y hacer las tareas pendientes, y la que más y la que menos, a darse una ducha y descansar un rato. Pero siempre hubo un grupo encerrado en Ravella. A última hora de la tarde, 25 mujeres se preparaban para pasar una noche más. Y la determinación era la misma que en las primeras horas. No levantarán el campamento hasta que el conflicto esté solucionado. «E o sábado hai unha voda aquí. Din que temos que desaloxar. ¡Pois a ver que pasa!».