La Xunta recicla una pasarela peatonal de Baiona para colocarla sobre el enlace de Cambados con la autovía

R. F. Vilagarcía / La Voz

AROUSA

XOAN CARLOS GIL

16 sep 2012 . Actualizado a las 06:54 h.

Los recortes y el reciclaje comparten algo más que un prefijo. De hecho, son dos pilares fundamentales del discurso del momento -ese de la «contención del gasto»- que es una transmutación fina del famoso dicho: «a caballo regalado no se le miran los dientes».

Algo similar se debió murmurar en los pasillos de la Consellería de Medio Ambiente, que va a colocar sobre el acceso a Cambados de la autovía do Salnés una pasarela peatonal «cedida» por la concesionaria de la AG-57, una autovía de pago que discurre por la zona de Baiona.

De este modo, el próximo martes, 18 de septiembre, se iniciará el desmontaje de la estructura, situada en el ramal de Sabarís. Una vez finalice este proceso, los 15 metros de hierros y tornillos se cargarán en un camión que trasladará la pasarela hasta el corazón de O Salnés, donde ya espera un nuevo espacio en el que poder seguir explotando su utilidad. El gesto de la empresa que gestiona la AG-57 supondrá algunas molestias, ya que durante los trabajos de desinstalación se anulará uno de los carriles de esta vía de pago. Además, una vez se realicen los «cortes» en la estructura metálica, será necesario utilizar una grúa para retirar la pasarela y los tres pilares en los que se apoya. En el momento en que todos los elementos hayan sido removidos, se preparará el «paquete» para el posterior trasladado, que se realizará en un «camión con plataforma convencional», tal y como se detalla en un comunicado de la Consellería.

Montaje

La actuación continuará con el re-montaje, ya en el municipio de Cambados. Concretamente, la pasarela se situará en un tramo de la VG-4.2, la carretera que enlaza la capital del albariño con la autovía do Salnés. Para evitar una congestión de tráfico en el vial, la Xunta propone ubicar la grúa en los caminos de servicio ya existentes.

El reciclaje finalizará con el «repintado» de algunas zonas, previa inspección del conjunto por parte de los técnicos. En resumen, unas obras de flagrante eficiencia en estos tiempos en los que las arcas públicas están enclenques.