Un arquitecto diseña la reforma integral de la playa de Vilagarcía y su puerto deportivo

Serxio González Souto
Serxio González VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

CEDIDA

Sánchez-Agustino propone ampliar A Concha a lo largo de la fachada marítima en alianza con Santiago

29 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

De un lado, una playa degradada y un destino en declive que busca definir su futuro sin acabar de dar con la fórmula adecuada. Del otro, la joya de la corona del sector turístico en Galicia, que tradicionalmente ha encontrado su salida al mar en Vilagarcía. No por casualidad, el principal arenal de la capital arousana se denomina A Compostela y continúa recibiendo centenares de visitas diarias desde Santiago a través del ferrocarril. Los arquitectos José Luis Sánchez Agustino y Lara Lozano han dedicado meses de trabajo a un proyecto en el que busca implicar a los alcaldes de ambas ciudades: una reforma radical de la playa, que se ampliaría a lo largo de la fachada marítima a costa del muelle de O Ramal, y que requeriría, entre otros, el visto bueno de la Autoridad Portuaria, los servicios autonómico y estatal de Costas y el actual concesionario del puerto deportivo.

«Es de especial importancia este proyecto para Santiago, ya que le permitiría contar con una playa a tan solo 20 minutos en tren desde el centro, que la equipararía a Vigo o A Coruña», argumenta Sánchez-Agustino, cuyo estudio, asegura, ha entablado conversaciones con dos potentes compañías interesadas en conocer el diseño.

Para Vilagarcía, las ventajas de una intervención de estas características son obvias. Los arquitectos sostienen haber analizado en profundidad el juego de corrientes y los efectos enormemente dañinos que el muelle de O Ramal ha provocado en el estancamiento y calidad de las aguas de A Compostela. El encabezamiento de esta estructura, la parte que se interna en la ría, sería desmontado. El material procedente de su demolición se emplearía en la construcción del dique y la base sobre la que se sedimentaría la arena, creando un brazo entre el mar y el puerto deportivo. Su capacidad se duplicaría hasta redondear un millar de puntos de atraque, fundamentales para la viabilidad económica de la iniciativa.