Los intentos para reivindicar a la estrella acabaron naufragando
06 mar 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Matilde Vázquez cantante y actriz que nació en Cambados y vivió en Vilagarcía
La Bella Otero no fue la única arousana que triunfó en el mundo del espectáculo en el siglo pasado. Esta comarca vio nacer a otra estrella de los escenarios, que cantaba zarzuela y hacía cine, pero, pese a sus triunfos, pocos tienen noticia de ella. Nació en la Travesía do Muelle, en Cambados, en 1905 y siendo niña se trasladó a Vilagarcía donde su padre trabajaba en una panadería situada en la plaza de Santa Lucía. Siendo aún muy joven viajó a Madrid para estudiar canto y pronto empezó a destacar hasta convertirse en una de las mejores mezzosopranos de la época.
La asociación O Faiado da Memoria trató hace unos años de recuperar y reivindicar el personaje para Vilagarcía y entonces, estando Castro Ratón al frente de la concejalía de Cultura, incluso se habló de dedicarle un museo, pero fueron palabras que se llevó el viento. Lo que sí hizo la asociación fue recopilar material fotográfico y documental sobre Matilde Vázquez, que se puede consultar a través de su web, y organizar una exposición sobre los años de la República en la que se hacía referencia a la soprano y actriz.
Al cajón
En Cambados no llegó a materializarse iniciativa alguna en este sentido, pese a que en el Concello consta una propuesta del encargado de la casa de la cultura, Luis Rei, advirtiendo ya en el año 2009 de la «oportunidad» de adquirir para el patrimonio local una serie de material de y sobre la artista y que hoy sale a subasta en Internet por 4.300 euros. Este legado se compone de recortes de prensa, revistas, fotos y otra documentación relacionada con la artista. Pero además hay otro material disponible sobre ella en la Filmoteca Nacional, en los archivos de RTVE.
Aquella propuesta se quedó en un cajón y no hubo ningún otro intento por difundir la figura de esta cambadesa. Está por ver si se hará algo en el futuro. Preguntado ayer por el tema, el alcalde Luis Aragunde, dejó todas las posibilidades abiertas. «Habería que miralo».