Conversaciones bajo la pizarra

maría santalla VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Dos profesoras nativas enseñan inglés oral en Vilaxoán y Rubiáns

11 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Hanna Crawford y Katherine Robinson llegaron en septiembre desde sus respectivos países, Irlanda del Norte y Estados Unidos, para dar clases de conversación en inglés a los alumnos de los colegios de Vilaxoán y Rubiáns. Hanna está cursando estudios universitarios en su país, y Katherine acaba de finalizar, así que han aprovechado esta oportunidad para vivir una nueva experiencia, completar sus estudios y perfeccionar su conocimiento del español. Ocho meses después puede decirse que el objetivo está cumplido. Las dos jóvenes dicen haber aprendido mucho en este tiempo, y no tienen ninguna gana de poner fin a esta etapa. Pero también a los alumnos de los colegios vilagarcianos les ha venido muy bien su presencia, pues según reconoce Laura, una de sus profes, su nivel de inglés ha mejorado mucho.

Estas dos mujeres, que han llegado a Galicia a través de un innovador programa educativo, viven en Santiago y dan clases en Vilagarcía tres días por semana. Su misión es organizar actividades para que los niños hablen y también para que conozcan cosas de sus países. «Espero que algún día vayan a Irlanda», dice Hanna, que dice que «los niños son muy entusiastas para aprender inglés». Han notado diferencias entre la enseñanza de aquí y la que ellas tuvieron en sus lugares de origen. Cada una de ellas con sus cosas buenas y malas. «Aquí es más tiempo con los libros, en Estados Unidos es más tiempo de integración y actividades», dice Kate, mientras Hanna indica que «yo casi tenía miedo, pero aquí los niños vienen y te abrazan».

Los españoles tenemos fama de desenvolvernos muy mal con los idiomas, pero las profesoras creen que el esfuerzo que se está haciendo, con iniciativas como la que ha traído a Hanna y Kate a España, comenzará a notarse en unos años. También las mayores oportunidades para viajar que tienen los estudiantes de ahora. Hanna y Katherine ya conocen varios países y en el caso de la estadounidense ha visitado ya unas cuarenta ciudades en España. «Creo que tiene algo que ver con la familia. Aquí los estudiantes vuelven a casa todos los fines de semana. Yo quiero mucho a mi familia, pero soy más independiente», explica Hanna.

A punto de finalizar el curso y, con él, su estancia en España, estas dos jóvenes están encantadas de su experiencia. Lo mejor, para Katherine, es «mis niños, sus sonrisas maravillosas. La gente aquí te da mucho cariño y te ayuda mucho. Para mí lo mejor es la gente, tengo muchas experiencias buenísimas con gente de aquí». Hanna «diría lo mismo» porque «creo que la gente de aquí es muy parecida a la de Irlanda». En cuanto a las cosas malas, la irlandesa reconoce que en puntualidad no somos tan malos como dicen. «Lo que menos me gustaba antes era que se fumase en los lugares públicos, ahora ya no», dice Hanna, que añade, secundada por su compañera, que una de las cosas que más le ha costado es acostumbrarse a los horarios de las comidas y también a las salidas hasta las ocho de la mañana. «En Irlanda todo cierra a las dos», concluyen.

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