El músico estadounidense, en formato de cuarteto y con Paco Charlín al contrabajo, actúa hoy en el auditorio de Cambados
15 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.? Con tan solo 30 años Logan Richardson ha tocado y grabado ya con varios de los artistas más importantes del jazz contemporáneo. Desde Pat Metheny a Lori Smith o Jason Moran, a quien acompañará en su próxima gira. Llegó hace dos meses a Galicia para «visitar» a su amigo Paco Charlín, con que el que coincidió en el Berkley College of Music de Boston. Tan fascinado se confiesa que, no solo prolongará su estancia, sino que se plantea fijar su residencia en Cambados, donde esta noche toca acompañado por Paco Charlín en el contrabajo, Xan Campos en el piano y Max Gómez en la batería.
-¿Qué es lo que tanto le ha atraído de Galicia como plantearse dejar Nueva York e instalarse aquí?
-El entorno, la naturaleza, la forma de vivir. Realmente me llena de excitación y de inspiración.
-¿No teme que se resienta su carrera si deja EE.UU.?
-Paso la mayor parte del año viajando, así que me da igual donde tenga mi casa. Y desde aquí podría mantenerme perfectamente en contacto con toda la gente con la que trabajo.
-Es curioso. Los músicos de jazz sueñan con instalarse en Nueva York y usted se marcha de allí.
-Es cierto. Ir a Nueva York es como un ritual para un músico de jazz. La gente va allí para poder ver a músicos con los que yo ya he tenido la suerte de tocar. La lucha allí es constante y hay mucha gente perdida que está allí solo por la música. Yo creo que la vida es muy corta y hay momentos en los que hay que tomar decisiones. Necesito un contrapunto a Nueva York y me gusta el espíritu abierto de Galicia, la luz, el mar, la gente... y los furanchos (se ríe).
-¿Siente que sus composiciones son aquí distintas?
-Empiezan a serlo. Aquí es todo mucho más tranquilo y eso me ayuda a hacer la música que realmente quiero hacer.
-Ha tenido la oportunidad en estas semanas de tocar en diversos puntos de España. ¿Qué le parece la escena española del jazz?
-Interesante y con una mentalidad muy abierta. La gente es muy receptiva. Sobre todo en Galicia. Me gusta más que Madrid. Madrid es como cualquier otra ciudad del mundo que quiere ser Nueva York.
-Aunque su formación es clásica, usted llega a combinar el jazz con la electrónica. ¿No cree en los tabúes?
-Por supuesto que no tiene que haber tabúes. En la tradición del jazz siempre hubo una evolución. Me encanta Coltraine o Charlie Parker. Pero yo nací en 1980, así que también escuché a Michael Jackson, a Prince o a Boy George. Y en mi música mezclo todas esas influencias. Estoy seguro de que si Beethoven, Mozart o Miles Davis hubieran tenido las herramientas tecnológicas que tenemos nosotros, estarían creando con ellas.
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