Marcelino Abuín dice que, tras elaborar varias propuestas, a finales del mes de julio se celebró una reunión a la que acude él mismo, el arquitecto municipal, el responsable de la empresa adjudicataria de las obras y el presidente de la asociación. En ese encuentro «se define el entorno en el que se actuaría, puesto que el presupuesto no llega para todo». Además, «se vuelve a insistir por parte de los vecinos en la división de ese espacio en dos zonas separadas por un talud, pero los técnicos municipales dicen que ese talud es muy difícil de realizar». Se acuerda, entonces, según afirma el edil, hacer una primera fase alrededor del centro social, con cargo al plan E, y una parte empedrada dentro de un plan provincial. El espacio restante se dejaría para una segunda fase.
Ese es, según el concejal, el proyecto que aprobó la junta de gobierno y el que se está ejecutando. «Este gobierno no tiene ningún interés en que haya un talud, dos o ninguno», sostiene el edil.