Los caballos del monte Xiabre siguen siendo maltratados con pexas y trancas

Serxio González Souto
Serxio González VILAGARCÍA/LA VOZ.

AROUSA

23 jun 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Cíclicas como el calendario de fiestas o los incendios de verano, las denuncias sobre el maltrato perenne al que son sometidos los caballos mostrencos del Xiabre comienzan a reproducirse en cuanto el tiempo permite recorrer los senderos del monte que domina Vilagarcía, Caldas y Catoira. En esta ocasión, la alerta sobre las pexas, cuerdas y cadenas con las que sus propietarios traban las patas de varios ejemplares, consiguiendo así reducir drástica y brutalmente su movilidad, parte de un grupo de aficionados a la bicicleta de montaña.

A lo largo de una marcha, desarrollada el domingo, sus participantes pudieron observar en las inmediaciones del área recreativa de Fontefría a una manada equina. Sus comentarios al respecto son elocuentes: «Se puede comprobar cómo estos caballos están registrados, con precinto en las orejas, hierro marcado en los lomos, y los caballos, el que no lleva pega de madera, lleva cadenas de gran tamaño, cuando no llevan doble cadena en las dos patas de cada lado». «Es -lamentan los denunciantes- una vergüenza y nos preguntamos el porqué y la falta de principios, por parte de la Xunta, los comuneros, el Seprona y la Policía Autonómica ante semejante brutalidad».

Una de los principales problemas con los que siempre se ha encontrado el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil es la falta de identificación de los ejemplares, lo que impide localizar y sancionar a sus propietarios por semejante práctica. No obstante, tal y como señalan los miembros del grupo ciclista, en el caso del Xiabre no faltan marcas que permitan averiguar a quién pertenecen los caballos maltratados. Una vecina de Madrid tomó, en mayo del 2008, una serie de fotografías que muestran diferentes señales trazadas sobre la piel de los animales, precisamente para poder distinguirlos.

Por otra parte, la Xunta efectuó, también a lo largo del 2008, toda una serie de cambios legales que, a diferencia de lo que ocurría anteriormente, establecen la obligación de que el ganado mostrenco sea debidamente identificado por sus dueños. Así, en su decreto de noviembre del 2008, la Consellería de Medio Rural estipula que cada caballo disponga de un microchip y una marca visual, que puede consistir en un botón auricular o en una pulsera colocada en una de sus patas delanteras. En el caso del dispositivo electrónico, el departamento autonómico abría entonces un plazo de doce meses para que fuese instalado. La Administración gallega acaba de habilitar una serie de ayudas económicas para impulsar este proceso, para el que están perfectamente capacitados los veterinarios en ejercicio.

Cuestión diferente es que los propietarios del ganado estén aplicando la normativa. Por lo que respecta al monte Xiabre, está claro que no es así. Una vecina de Vilagarcía denunció hace meses que el bárbaro maltrato persistía. Y persiste.