A las cuatro de la tarde todos los internos del centro asistencial Geriatros de Ribadumia estaban pendientes del televisor. España debutaba en el mundial de Sudáfrica 2010 ante la selección suíza y los nervios estaban a flor de piel, tanto aquí como en el punto más al sur del continente africano. Aficionados de toda la vida por el balompié vivieron un mundial más que sumar a su currículum y compartieron emociones y explicaciones técnicas y tácticas con aquellos y aquellas menos expertos. Al final, el gol centroeuropeo que dio al traste con los sueños de un país solo se tradujo en Ribadumia en un motivo más para comenzar la fiesta.
Dos horas después del pitido inicial, en Geritaros se desató la música y el baile. Los internos y usuarios del centro disfrutaron de una tarde repleta de actividades en la que la agrupación Amigos do acordeón do Salnés pusieron la salsa necesaria para olvidar las penas futbolísticas. Se rememoraron acordes de los grandes éxitos de ayer y de hoy. Sonaron las versiones de los temas de copla y canción popular y los residentes se unieron a la fiesta al ritmo de las palmas. Por si el menú pudiese parecerle escaso a alguien, se puso la guinda al pastel con la actuación de Manuel Miniño que llevó a Ribadumia la esencia de Manolo Escobar, que a juzgar por lo visto y lo vivido entre las féminas, sigue levantando pasiones como en los últimos años y décadas. La gran tarde de fiesta de Geriatros se cerró como suele ser habitual, con sonrisas y agradecimientos a la dirección del centro, que siempre intenta endulzarle la vida a los usuarios, tengan o no el azúcar alto.