La cofradía de A Illa registra doce dimisiones y los socios exigen una auditoría de las cuentas
AROUSA
Intensa asamblea la que se celebró ayer en el salón de plenos de A Illa de Arousa. Estaban citados los socios de la cofradía para intentar resolver la complicada situación que se ha ido generando en los últimos días en el seno directivo de la misma y que se ha saldado con un total de doce dimisiones de sus cargos.
Conocida era ya la intención de Benigno Chaves de abandonar su puesto de patrón mayor. Junto a él, los demás miembros de su equipo optaron por presentar las pertinentes dimisiones hasta dejar el organigrama en cuadro. Ahora mismo tan solo quedan seis personas en esa junta, además de las diez mujeres de la agrupación que han optado por no renunciar a sus cargos.
El detonante de esta cascada de dimisiones se gestaba en la última asamblea del pósito, que ya había sido polémica. En aquella sesión se había exigido la consulta de las cuentas, ya que había capítulos que no eran del agrado de los socios. Se llegó a hablar de montantes que rondaban, por todos los conceptos, los 25.000 euros por persona y ayer se dejaba clara la idea compartida por muchos de que los puestos con dedicación exclusiva debían reducirse de tres a uno solo, el del patrón mayor.
Para zanjar las especulaciones referentes a dichas cuentas y clarificar la transparencia de todo este proceso, ayer se optó por acudir a una auditoría de cuentas externa. Es la fórmula que más garantías puede aportar al proceso y la que, se pretende, deje todo resuelto.
Eso sí, en caso de que se detecten anomalías en dichos registros contables, se sopesará la opción de acudir incluso a la vía judicial, como se apuntaba ayer en la reunión.
Ahora, con la directiva muy mermada en número, todas las miradas se centran en la Xunta. Se pretende que desde la Consellería do Mar se fije cuanto antes una fecha en la que poder convocar nuevas elecciones al pósito. Desde el ente regional se quiere unificar ese calendario para toda Galicia, lo que deja a cofradías como la de A Illa en un estado de prórroga forzosa de mandato.
Ahí es donde se postula la figura de la junta gestora para seguir llevando las riendas de la asociación isleña, ya que técnicamente la actual situación es difícilmente sostenible.