Nuevo retorno al pupitre

AROUSA

El auditorio de Vilagarcía recrea aquellos maravillosos (o no tanto) años en los que la letra entraba con sangre

10 mar 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Seis pupitres, una tarima, una mesa de maestro de recia madera, un mapa con las dos Castillas, la Nueva y la Vieja, un reloj parado en las 5.25 horas (el instante en el que, un 20 de noviembre, aquel tiempo se detuvo, esperemos que para siempre), el inevitable crucifijo, a la diestra Francisco Franco, a la siniestra José Antonio Primo de Rivera, y una vara recta y flexible como insuperable instrumento pedagógico, símbolo de toda una época y una forma de concebir la educación y la sociedad.

La escenificación, muy cuidada, corresponde a la sala de exposiciones del auditorio de Vilagarcía, convertida, hasta el día 27, en una vieja aula. En ella han colaborado el Museo Pedagóxico de Galicia. Pero, sobre todo, muchos vilagarcianos que no han dudado en ceder el abundante material que habían guardado en algún armario. Libros de texto, peonzas, un tratado sobre Glorias imperiales , un primigenio artefacto de proyección de diapositivas, sin duda lo último en tecnología aplicada a la enseñanza en 1969, varios títulos expedidos por los mejores colegios de la capital arousana, un tirachinas fabuloso, de goma y madera. Y un par de maniquíes, vistiendo los uniformes de las Filipenses y las Franciscanas. Todo ello forma parte de la exposición que los vilagarcianos podrán visitar durante dos semanas, de lunes a sábado.

El viaje en el tiempo es obra de O Faiado da Memoria y de la concejalía de Cultura de Vilagarcía. Su titular, el teniente de alcalde, Xosé Castro Ratón, subraya el objetivo pedagógico de conseguir que los visitantes, sobre todo los más jóvenes, «se fagan unha idea do que era aquela escola como sistema, pero tamén en relación con todo un sistema social». La muestra de objetos se ilustra con 24 paneles que recorren la mayor parte de las escuelas que durante más de cuarenta años funcionaron (y aún funcionan en varios casos) en la capital arousana. Hay, también, un recuerdo para la esperanza rota de la escuela pública laica de la República, con uno de sus escudos. Y para Segundo Abal, el maestro de Castroagudín que fue ejecutado por orden de un tribunal fascista en 1938, cuando apenas tenía 26 años.

No se trata, en todo caso, de mirar con ojos turbios, sino de sumergirse en una época que, con lo malo y lo bueno, supone para muchos un retorno a los brillantes años de juventud. Un consejo final: lleven una cámara y podrán fotografiarse en un peculiar fotomatón.