La mujer que fue atropellada reitera que le dieron el alta explicándole que no había camas libres
12 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Dos semanas después de su inauguración oficial a manos de la conselleira de Sanidade, la popular Pilar Farjas, la tercera planta del Hospital do Salnés continúa clausurada. Ni hay actividad en sus pasillos y habitaciones ni es posible acceder a ella como al resto de niveles del centro comarcal. Remontar las escaleras supone toparse con una puerta cerrada a cal y canto sobre la que se ha impreso la leyenda «acceso restrinxido». Ninguno de los dos ascensores que dan servicio al edificio permite tampoco subir al tercer piso. Existe un botón correspondiente al número 3, pero presionarlo no sirve de nada, porque el elevador no se acciona.
En teoría, la visita de la conselleira tendría que haber supuesto el pistoletazo de salida para que el número de camas del sanatorio arousano se reforzase con 32 plazas, pasando de 85 a 117 puestos de hospitalización. Cuatro de ellos se reservarían para la unidad de infecciosos, y cuatro más se destinarían a la de paliativos, con camas incorporadas para los acompañantes de los pacientes. Aquello sucedía el 26 de enero. Desde entonces la planta tercera no se ha vuelto a abrir.
Esta situación contrasta con la denuncia pública que el miércoles planteaba María López, la mujer embarazada de seis meses que fue atropellada junto a su marido por un automóvil, en Vilagarcía, dos días antes. Ayer, pese al desmentido del hospital, cuyos responsables afirman que recibió la atención precisa y que en ningún caso se dicta un alta a la ligera o sin las debidas garantías, María reiteró su versión de lo ocurrido en el complejo sanitario: «Me dijeron que tendría que quedarme en observación, pero que me daban el alta porque no había camas libres».
Esta explicación, insiste la paciente, le fue comunicada por un miembro del personal hospitalario. Y en verdad resulta sorprendente que alguien alegue falta de plazas para evitar una hospitalización cuando existe una tercera planta dotada con 32 camas sin estrenar. El caso es que la dirección del centro de Ande argumenta que si el ala no ha sido utilizada aún es porque el nivel de ocupación es bajo. Contabilizando únicamente las de los dos primeros pisos, la media de camas libres fue de 30 en septiembre, 24 en octubre, 19 en noviembre, 22 en diciembre, 22 en enero y 23 en lo que va de febrero. Por lo que respecta a esta semana, añaden fuentes del Sergas, el martes hubo 18 sin ocupar, el miércoles 9 y ayer, a mediodía, eran otras 9. Si fuese necesario, garantiza la gerencia, el nuevo espacio estaría listo para abrir sus puertas en cinco minutos. Hacerlo antes constituiría, en su opinión, «un despilfarro».