El famoso delfín regresa a Barbanza

AROUSA

Apareció en la costa ribeirense hace un par de años y, desde entonces, no ha parado de vagar por el litoral gallego. Desde hace unos días, se deja ver en la ría arousana

29 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Derrochando simpatía en sus movimientos y acercándose a la costa más de lo habitual, un delfín consiguió conquistar hace un par de años a los ribeirenses. Por aquel entonces, incluso vecinos de otros municipios limítrofes no dudaron en acercarse hasta la dársena de la ciudad para ver al animal en plena acción. El arroaz no tardó en convertirse en un famoso turista con nombre propio: Gaspar . Fue bautizado así porque sus primeros avistamientos tuvieron lugar en torno al día de Reyes. Desde entonces, varios biólogos han seguido sus pasos por toda la costa gallega y, tanto ellos como un buen número de pescadores, han constatado que desde hace unas tres semanas, se encuentra vagando por la ría arousana, concretamente entre Vilagarcía y O Grove.

Desde que hizo acto de presencia en el puerto de Ribeira, Gaspar despertó el interés de biólogos y colectivos dedicados al estudio de los mamíferos marinos debido a su particular comportamiento. Y es que, a diferencia de otros arroaces, este se presentó como un macho solitario, carente de reparos a la hora de acercarse a los barcos e incluso capaz de juguetear con el público.

Es por ello que, durante los dos últimos años, varios especialistas han seguido sus pasos, constatando que ha recorrido la costa norte de Galicia hasta llegar a Asturias y la sur, hasta la localidad portuguesa de Aveiro. Además de para constatar el singular modo de comportamiento del arroaz, este tiempo ha servido para que salieran a la luz diversas teorías sobre su procedencia.

Entrenamiento militar

La hipótesis sobre el pasado de Gaspar que más llama la atención es la que lo vincula con el adiestramiento militar. Defiende esta creencia el Grupo de Rescate y Estudio de los Mamíferos Marinos (Gremmar), desde el que se asegura que el singular turista barbanzano fue en el pasado entrenado para detectar explosivos y proteger barcos, algo que al parecer es bastante común en Estados Unidos.

Para el Gremmar, esta teoría explicaría el comportamiento solitario del delfín y su predilección por acercarse a las embarcaciones, sobre todo a aquellas que tienen turbinas.

Contraria a esta hipótesis es la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma), que la califica de rocambolesca. El presidente de este colectivo, Alfredo López, es tajante al respecto: «Non existe nin a máis mínima proba que avale esta pasado militar de Gaspar . O que si se pode comprobar é que sempre houbo delfíns solitarios e moitos incluso presentaban un comportamento bastante similar a o deste, polo que non é un caso único».

En lo que coinciden los especialistas de ambas entidades es en dar por buena la teoría de que, antes de dejarse ver por la costa gallega, Gaspar estuvo tres años recorriendo una ría francesa. También allí su comportamiento despertó el interés de los biólogos, que lo bautizaron como Jean Floch . «Existen probas que corroboran que estes dous nomes se corresponden co mesmo animal, sobre iso non hai dúbida algunha, pero o seu pasado anterior a Francia é un misterio e todo o que se dixo de momento son especulacións sen fundamento», manifestó Alfredo López.

Pero la polémica en torno a este arroaz no solo gira alrededor de su pasado, sino que su posible comportamiento agresivo también ha sido puesto encima de la mesa por parte de pescadores y submarinistas. Es más, algunos colectivos incluso han solicitado a la Xunta la adopción de medidas.

Sustos en el mar

Y es que, en ocasiones, el dócil Gaspar ha dado sustos de muerte a algunos hombres del mar. En este sentido, uno de los episodios más conocidos tuvo lugar en abril, en la ría de Ferrol, cuando un mariscador denunció que el delfín había arrancado de cuajo la vara de su aparejo de pesca y había zarandeado su embarcación, obligándolo a saltar al muelle.

En la ría de Vigo, dos empresas de buzos decidieron en agosto suspender temporalmente sus labores de inmersión tras varios encontronazos con el arroaz. Por aquel entonces, la Consellería de Medio Ambiente llegó a estudiar algunas opciones, como la de tratar de alejar al animal de la costa o encerrarlo en una piscina. Finalmente, la Administración autonómica no actuó y Gaspar sigue siendo a día de hoy un quebradero de cabeza para unos y un espectáculo para otros que, cada fin de semana, se pasean por la ría arousana buscándolo.

A estos últimos, el presidente de la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños en Galicia les lanza un contundente mensaje: «Levamos dous anos estudando o seu comportamento e consideramos que non é un animal perigoso, pero debe tratarse coma a especie salvaxe que é. Non é recomendable poñerse a nadar con el nin achegarse demasiado. Non é un delfín de peluche, é un animal que ten respostas imprevisibles e cun peso considerable, polo que pode chegar a causar dano, aínda que sexa sen querer».

Lo único que está claro sobre Gaspar es su presente en la ría de Arousa. Sobre su pasado lejano no hay pruebas y parece que su futuro es imprevisible.