El proyecto de la plaza de O Souto, en Rubiáns, no está olvidado, ni por parte de los vecinos, obviamente, ni por parte de los gobernantes, que lo tienen encima de la mesa desde hace varias semanas.
La reincorporación laboral de la alcaldesa, Dolores García, se planteaba como algo vital. El regreso se produjo ayer y por lo tanto el asunto vuelve a estar de actualidad, máxime cuando el pasado domingo la asociación de vecinos de O Souto celebró su asamblea. Al ser la primera del año 2009, sirvió para rendir cuentas el pasado ejercicio, para diseñar los proyectos y actividades de los próximos meses y también para retomar el tema de la plaza.
En el sentir de los vecinos está la intención de que el proyecto de rehumanización de este enclave tome cuerpo a la mayor brevedad posible. Una vez que se avanzó en el capítulo de lograr que los 149.000 euros de las arcas de la Diputación provincial vayan a ser los que soporten estas actuaciones -aunque no se descarta que hagan falta más fondos- ahora solo falta saber cuál es la postura oficial del Concello vilagarciano.
El último avance alcanzado por los vecinos fue la recepción que mantuvo Xosé Castro Ratón, cuando ejercía las labores de alcalde en funciones, el pasado 18 de marzo. Desde ese momento y hasta ahora, en el colectivo vecinal están a la espera de que se produzca la ansiada llamada que sirva para perfilar los detalles de este proyecto y saber, en la medida de lo posible, si en las partidas presupuestarias municipales del 2009 habría o no hueco para Rubiáns.
La mayor incertidumbre se centra en conocer la fecha exacta en la que se debatan plenariamente estos presupuestos. Dado que no se ha fijado en el calendario de Ravella esta importante cita -tan reclamada por ciudadanos e incluso por partidos de la oposición- los vecinos de O Souto quieren reunirse con los dirigentes municipales para que todo se encauce y que haya margen de maniobra real, por si hiciese falta incluir alguna partida específica para Rubiáns y su plaza.
La reacción de Dolores García a este respecto es que se convocarán «cuanto antes», una vez que se repase el borrador y se reúna con el resto del grupo de gobierno.
Lo que parece claro es que si no cristalizan las llamadas con los vecinos de Rubiáns, las reuniones y las promesas, el colectivo entenderá que «habería mala vontade porque despois si que non hai marxe de manobra posible».
Opciones
Para resolver el proyecto de Rubiáns existen diferentes posibilidades. Ahora solo falta escoger la que contente a todas las partes implicadas. Hasta el momento, la versión oficial relata que la Diputación será la única que aporte una partida económica. Los vecinos entienden que «eses cartos non parecen suficientes», como asegura Xurxo Abuín, quien mantiene este argumento desde el principio. Si no se logran más inyecciones económicas habría que abaratar el presupuesto o bien dejarlo alejado de lo que piden los vecinos.
Otra opción es la de incluir en los presupuestos municipales una partida que complete el proyecto. Si esta posibilidad, que es la que quieren los vecinos, no es atendida, entrarían en juego otras vías. Aunque no se ha definido nada en firme, parece obvio que una obra como la de Rubiáns podría acometerse en diversas fases. Esto daría lugar a que la financiación de la parte que no cubran esos 149.000 euros anunciados también pudiera ser por fases. Y como otra alternativa aparecería la posibilidad de realizar el proyecto con la fórmula de pago plurianual. Es decir, que se haga realidad la nueva plaza y se haga frente al pago con los presupuestos de varios ejercicios económicos.
Sea como sea, parece que las posturas están más cercanas. En el diálogo vecinal con el órgano de gobierno entrarán también en juego los técnicos municipales, claves para detallar el futuro de la instalación.