El efecto barrera de las grandes infraestructuras lineales que se extienden entre Pontevedra y A Coruña está limitando los movimientos de los lobos pontevedreses. Medio Ambiente se propone ahora estudiar los corredores ecológicos y la conexión existente entre los lobos pontevedreses y la costa occidental de A Coruña.
Hasta 2003 se daba por seguro que en Galicia había 60 manadas de lobos y se cree probable que existan otras ocho más, si bien hay que tener en cuenta el contacto de estos ejemplares con Portugal y Castilla y León. El número de ejemplares se situaría entre 420 y 625 en el territorio de la comunidad. Norte e interior pontevedrés, cordillera dorsal entre A Coruña y Lugo, sur de Ourense y zona Este de Fisterra están entre las áreas con mayor población.
Ahora, Medio Ambiente realizará un seguimiento de los pasos de fauna para saber las zonas por las que las especies silvestres y, especialmente el lobo, acceden a las vías de tránsito elevado que hay en la provincia. Este estudio tendrá que aportar medidas correctoras para tendentes a minimizar los atropellos y el efecto barrera.
En base a la densidad de lobos, la carga ganadera y los daños causados a los animales, el Plan de Xestión do Lobo, que acaba de darse a conocer, estableció tres zonas en Pontevedra. La zona con más carga (se calcula sobre la base de 2,29 lobos por cada 100 kilómetros cuadrados) está constituida por una franja que incluye en el norte territorio de Fornelos, A Lama, Cerdedo, Forcarei, A Estrada, Cuntis y Valga. En el sur están en esta misma situación O Covelo y A Cañiza en conexión con la zona de Avión. Hay además una zona intermedia (de 1,27 a 2,29 lobos por cada 100 kilómetros) en la que se incluyen Caldas, Campo Lameiro, Cotobade, Ponte Caldelas, Pazos, Mondariz, Arbo y Crecente. En esta zona intermedia se encuentran también los municipios de la zona de O Deza. El resto de la provincia (toda la zona costera y casi todo el sur) tiene poca densidad.