El atropello mortal en Rubiáns reabre el debate de la seguridad en la carretera de Pontevedra

AROUSA

26 ago 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Los responsables del tanatorio, los vecinos de la zona y los partidos políticos llevan años pidiendo que se incremente la seguridad viaria a la entrada de Vilagarcía por la carretera de Pontevedra. Aducen que la presencia del tanatorio y el cementerio, así como el buen número de empresas que hay instaladas en la zona, obligan tanto a los peatones como a los automovilistas a cruzar a menudo una de las carreteras más transitadas de la comarca, y lo hacen sin medidas de protección de ningún tipo.

Los peores augurios se hicieron realidad en la tarde del domingo, cuando Estanislao Vázquez, un vecino de Rubiáns de 69 años, perdió la vida atropellado por un turismo cuando cruzaba la calle en dirección al tanatorio, al que iba, precisamente, para acompañar a la familia de un vecino suyo que acababa de morir. Los testigos del suceso no disimulaban la rabia. «Aquí tiña que haber un paso de peóns -decían-; é algo que xa se ven pedindo dende hai tempo pero non fan caso, a ver se vai desta agora que hai un morto, porque nunca fan nada ata que pasa algo así».

En los últimos años se han barajado varias posiblidades para mejorar la seguridad de los peatones que tienen que cruzar por la avenida de Pontevedra. El paso de peatones es, para algunos, insuficiente, porque no impide que, como pasó el domingo, los coches circulen a una velocidad excesiva y se lleven por delante al peatón, por mucho que cruce por una zona señalizada. Por eso se han solicitado también pasos elevados o, en su defecto, la colocación de semáforos para controlar el tráfico.

Infomes en contra

Sin embargo, la solicitud se ha topado siempre con informes en contra, ya que las peticiones que se han hecho llegar al Concello y luego se derivaron a Fomento se respondían con argumentos en los que se indicaba que la colocación de pasos de peatones o semáforos en la zona supondrían un obstáculo para la circulación en una travesía de tráfico fluido y abundante.

Claro, que esos mismos argumentos chocan con la circunstancia de que, dado el carácter de travesía, la circulación esté limitada a 50 kilómetros por hora, una restricción que muchos vehículos no respetan por tratarse de una recta que incita a correr más.

Un debate similar surgió en torno a la avenida de A Mariña en el mes de mayo cuando, en circunstancias similares, un joven murió atropellado por un conductor que también se dio a la fuga. Desde entonces el Concello se plantea colocar pasos elevados o limitar la circulación en esa zona.