Sandra López vende en su tienda de comercio justo una «Coca-Cola» antiimperialista, por muy contradictorio que pueda sonar. Se llama Cola Liberación, y está elaborada en Cuba. Doce botellas valen dos euros; no tiene el mismo sabor que la original, pero puede ser ideal para elaborar el famoso cubalibre.
-¿Qué tal se vende este producto?
-No sale demasiado porque la marca Coca-Cola es muy fuerte y la gente se inclina más por la original. No sabe igual, pero a mi me parece que para el botellón tiene que valer perfectamente.
-Es curioso que un símbolo del capitalismo se venda en una tienda de comercio justo...
-Hasta el producto más típicamente imperialista puede llegar a ser solidario. Esta Cola está fabricada en Cuba; es la que beben allí.
-¿Cuáles son los productos que más se venden?
-Sobre todo café y chocolate. También té... Ahora hemos empezado con la ropa y la verdad es que se está vendiendo fenomenal. Son diseños de los países de origen, con tejidos y tintes tradicionales.
-¿Hay mucha diferencia de precios entre estos productos y otros?
-Son algo más caros, pero no mucho más; nadie se va a arruinar por pagar cincuenta céntimos más, y cuando lo haces estás ayudando a gente que realmente lo necesita.