La operación de compra y puesta en marcha de una depuradora propia, a través de la sociedad Megalmar Galicia, se confirma como uno de los más graves patinazos de la historia de Opmega, todavía la mayor asociación de productores de mejillón de Galicia. El juzgado de lo mercantil número 1 de Pontevedra acaba de publicar el edicto de declaración de concurso de acreedores de la empresa dependiente de la central arousana, un paso previo a la declaración de suspensión de pagos.
Megalmar, sin actividad desde hace meses y declarada en quiebra, fue uno de los proyectos estrella de la directiva que dirigía Javier Figueira. La operación de compra de la depuradora se inició en septiembre del 2003 y culminó al año siguiente, suponiendo para Opmega el desembolso de 400 millones de las antiguas pesetas, prácticamente el montante que la organización había percibido como indemnización por el accidente del Mar Egeo . La gestión de la sociedad pasó factura al sucesor de Figueira el frente de Opmega, Esteban Paz, al que la crisis de la depuradora le estalló en plena cara, desencadenando la convocatoria de nuevas elecciones.