El pleno celebrado ayer por la Diputación se convirtió en una sucesión de mociones, casi todas sobre problemas que afectan a diario a los ciudadanos, pero marcadas en muchos casos por el tufillo electoral, como acredita el hecho de que, en algún caso, su texto fuese conocido solo unos minutos antes del pleno.
Los diputados se acusaron entre sí de darse el mitin y, con los escaños del PSOE medio vacíos, el arousano Juan Luciano Otero Besada, un tanto cansado de tanta discusión y decidido a apostar por la agilidad tras 150 minutos de debate, pidió que se votase de una vez «la moción de censura».
Y es que, aparte de la moción sobre los molinos y la tarifa eléctrica, por el camino se había discutido una sobre el campo de fútbol de Chaín en Gondomar y otra sobre violencia doméstica. En la primera cuestión, BNG y PP rivalizaron durante largo rato en dilucidar quién no quería hacer el campo sintético y quién era más torpe a la hora de gestionar obras y permisos en Gondomar. Al final, los dos se declararon partidarios de hacerlo.
Más discusiones
Algo parecido sucedió con la moción sobre Día Internacional de la Mujer. Había un texto del PSOE glosando en positivo la política de Zapatero. Pero, ante la situación que se vive en los últimos días, los socialistas optaron por retirar las alabanzas y por quedarse solo con el texto que pedía medidas para promover la igualdad, corresponsabilizar a hombre y mujer de las tareas domésticas y seguir con las medidas de lucha contra la violencia doméstica. El PP quiso añadir que estas medidas incluyesen planes personales de seguridad, más policías encargados de velar por las mujeres amenazadas y más juzgados dedicados a estos temas. Pero antes de dar el sí, los grupos se enfrascaron en otra marea de reproches.
Y, al final, llegó la moción contra el canon digital, definido por los populares como «a maior subvención da historia». Nueva discusión que se zanjó con la abstención del BNG, el voto a favor de la moción contra el canon del PP y en contra del PSOE.