La bodega Boal de Arousa acaba de recoger la cosecha con la que elaborará la primera añada de caldos de la indicación geográfica protegida Viños de Barbanza e Iria. La asociación de viticultores que ha impulsado esta marca de calidad, compuesta por ochenta socios, está organizándose para potenciar sus vinos.
A tan sólo once meses de su reconocimiento oficial, ya está a punto de salir su primer caldo y la intención es que el próximo año haya ya diez bodegas que puedan producir amparadas por esa etiqueta.
El proceso es complejo y largo, por eso los viticultores de la zona del Baixo Ulla y Barbanza han recurrido a la empresa Eira, de ingeniería y consultoría agroalimentaria, para que les asesore tanto en los aspectos burocráticos que deben seguir para regularizar sus plantaciones como a la hora de mejorar la gestión de sus explotaciones.
Precisamente con ese objetivo organizarán en las próximas semanas una serie de cursos de formación dirigidos a los viticultores de esa zona. Se impartirán en Catoira, entre el 22 y el 27 de este mes; en Valga, entre el 29 de este mes y el 3 de noviembre; y en Dodro, del 5 al 10 de noviembre. Las sesiones tendrán lugar entre las siete de la tarde y las diez de la noche y pretenden trazar un panorama sobre los aspectos técnicos y organizativos del sector.