Franquismo

AROUSA

AREOSO | O |

26 dic 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

PROPONEN los responsables de Cambados TK la retirada de la lista de personas caídas en el bando franquista durante la Guerra Civil de la iglesia de Santa Mariña. Argumentan que los homenajeados en el templo cambadés fueron en parte los causantes de la violencia que acabó con la vida de otras muchas personas. Y es cierto. Pero por una vez, y sin que sirva de precedente, no puedo estar de acuerdo con ellos. Existe una parte de nuestra historia de la que debemos avergonzarnos. Digo debemos porque soy de las que piensan que todos tuvimos la culpa de lo sucedido en aquellos terribles años. Es cierto que los perdedores, como en cualquier guerra, se llevaron la peor parte y que muchas familias vieron como algunos de sus integrantes desaparecían a manos del enemigo sin ni siquiera tener tiempo para despedirse. Muertes injustas por las que nunca se hará la suficiente justicia. Historias terribles que aún hoy nos ponen los pelos de punta. Vidas que merecerían mucho más que un homenaje o una escultura de recuerdo. Sus familias reclaman ahora poder sacarlos de aquellas fosas comunes en las que acabaron sus cadáveres para poder darles un entierro merecido. Revisar los juicios de entones para limpiar su honor. Cuestiones que sí deberían hacerse para recuperar la memoria histórica y no olvidar las atrocidades que un día vivieron nuestros antepasados. Pero historias terribles las hay también en el bando nacional. Gente que se vio obligada a luchar por una causa en la que no creía. ¿De verdad estamos tan seguros de cómo habríamos actuado nosotros mismos entonces para juzgarlos sin saber sus historias? No creo que esas listas de caídos sean un homenaje al franquismo. Sino a todas aquellas personas que perdieron la vida por una causa absurda, como absurdas son también todas las guerras. No quitemos, pongamos a su lado los nombres de aquellos que cayeron en el otro bando.