La importancia de los papeles

AROUSA

MAR DE FONDO | O |

27 dic 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

LO CIERTO es que lo que sucede en la sanidad pública no deja de sorprenderme. Una, que es novata en esto porque hasta ahora tuvo la suerte de ser hija de funcionaria y disfrutar de los seguros médicos de este colectivo, había oído muchas historias sobre lo que sucede en los centros de salud y hospitales. Sin embargo, siempre se resiste a creer que sean ciertas. Leyendas urbanas que les llaman. Pero no. Resulta que tareas tan sencillas como pedir vez, asistir a consultas o intentar que te hagan algunas pruebas pueden terminar convirtiéndose en un trago difícil de superar. Les cuento. Soy uno de los cinco pacientes diarios que pierde el volante y que, por lo tanto, se queda sin que le realicen una prueba médica. Deberías tener una carpeta con todos tus papeles, dice siempre mi sabia madre. Pues bien, la carpeta no existe y, seis meses después de que me dieran la cita -cuya fecha por cierto me cambiaron tres veces-, no tenía ni idea de dónde había ido a parar el famoso volante. Tras intentar negociar con tres funcionarias distintas todas llegaron a la misma conclusión: sin volante no hay prueba. ¿Y nadie podría haberme avisado antes? Enfadada con el mundo decidí reconocer ante mi médico mi incompetencia para conservar un papel. Volante en mano me dirigí de nuevo al servicio de cita previa con la ilusión de que, de una vez por todas, podrían realizarme las pruebas por las que llevo medio año esperando. Pero no. La amable señorita me despachó con un «ya le llamaremos». Y yo me pregunto ¿cómo pretenden que no pierda los papeles si nunca sabe una cuándo le va a tocar ir al médico? Lo más curioso de toda esta historia es que, ahora que ya se que no debo extraviar los volantes, ya puedo perderlos. Sí, como uno de cada cinco pacientes se quedaba sin pruebas, han ideado un sistema para que no sean imprescindibles.