No se sabe quién tuvo más suerte, si los cambadeses que pasaron el huracán en el medio del Caribe u otra pareja de compatriotas que vivieron la tormenta tropical en la recepción de un hotel de Riviera Maya. Lo cuenta el protagonista en primera persona. «En la agencia de viajes no son dijeron nada, porque sino no íbamos, pero en el avión ya nos avisó una azafata». La pareja cambadesa llegó sin problemas a su destino, en Riviera Maya, y pudieron disfrutar de un par de días de playa, hasta que el jueves la cosa se complicó y desalojaron a los turistas de las villas que estaban más cerca del mar. «Del jueves al domingo dormimos en la oficina del hotel, en el suelo, en un colchón, con un edredón y un cojín, sin duchas ni nada, porque a las habitaciones no se podía ir. En el hotel nos atendieron de maravilla, pero no podíamos hacer nada, y de la agencia no tuvimos noticias hasta el lunes». Para rematarla, el joven cambadés se rompió un brazo cuando cayó el falso techo de las oficinas y echó una mano para achicar agua. «No pude ir al médico hasta llegar aquí». Por fin el lunes los rescató un autobús. «Nos dijeron que iban a ser tres horas hasta el aeropuerto y fueron siete, por medio de la selva y sin una parada, ni para comer ni para mear ni para nada». El año pasado ya tuvo que retrasar un viaje a Punta Cana por culpa de las tormentas tropicales. Pese a todo volverá a México y al mismo hotel, pero no en la época de los huracanes, desde luego.