Los padres de A Lomba se movilizan para que reparen el ruinoso edificio

Susana Luaña Maruxa Alfonso VILAGARCÍA

AROUSA

Colocarán pancartas y harán pegatinas con el lema «Este colegio es una ruina» Están hartos de que Concello y Educación eludan sus responsabilidades

10 mar 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

El colegio de A Lomba tiene 35 años, y en ese tiempo fueron muy escasas las reparaciones que se llevaron a cabo en las instalaciones. El resultado de semejante situación de abandono es obvio: las puertas están oxidadas, las paredes rezuman humedad, los baños se inundan cada dos por tres y despiden malos olores, las baldosas del patio están levantadas y, lo que es más grave, la obsoleta instalación eléctrica supone un peligro para los niños, ya que hay focos rotos y rematados con cinta aislante, cables al aire e interruptores que no funcionan y que incluso dejan alguna clase sin luz. La batalla emprendida por los padres para acabar con esta situación es ya muy larga, y hartos de que Educación diga que son reparaciones y le corresponden al Concello y que el Concello diga que son obras estructurales y por lo tanto competencia de la consellería, decidieron emprender movilizaciones. Así, en los próximos días el colegio o el concello podrían amanecen empapelados con pancartas y los niños puede que vayan a clase con pegatinas en las que ponga «Este colegio es una ruina». Son algunas de las medidas que barajan los desesperados padres. Gestiones infructuosas A finales de febrero, según explicó ayer la directiva del ANPA, se mantuvo una reunión con la concejala de Educación, Victoria Hierro. «Argumentó que al Ayuntamiento le corresponde el mantenimiento del centro y que lo realiza debidamente -punto en el que el ANPA no está en absoluto de acuerdo- y que las obras estructurales corresponden a Educación». Aun así, la concejala se comprometió a llevar a cabo obras que los padres calificaron como «menores», y según ellos, les dijo que en octubre Educación acometería las más importantes. «Sin embargo -añaden- en la junta de personal docente celebrada al día siguiente, el señor delegado fue preguntado sobre el tema por el delegado de la CIG, respondiendo que el alcalde asumía los arreglos». Los padres reconocieron ayer que las movilizaciones no son beneficiosas para el centro, y que por eso callaron tanto tiempo. Pero creen que llegó el momento de manifestarse, por dignidad y por la seguridad de sus hijos, dicen.