
El canterano del Obradoiro estrenó el número 23 en el partido ante el Valladolid
02 feb 2025 . Actualizado a las 20:34 h.Hubo dos grandes ovaciones en Sar, la que recibió a Brodziansky y la se llevó el canterano Alonso Grela. Cuando faltaba poco más de minuto y medio para el descanso y Félix Alonso optó por sacarlo a pista, la grada reaccionó con un sonoro aplauso que todavía fue mayor cuando en ese corto espacio de tiempo recuperó un balón en un saque de fondo del Valladolid.
El joven base, que acaba de cumplir 19 años, no pasó de puntillas. Ordenó el ataque y solo le faltó para un aprovechamiento pleno que entrase un triple liberado. Prefirió hablar de la implicación de Sar en un plano global, y no solo en la parte en la que se centró en él: «Es increíble cómo la gente salta y grita. Ayuda muchísimo. Ya lo dije una vez. La grada nos da una vida extra, y ha vuelto a ser así».
En la segunda parte el Obradoiro no fue capaz de cerrar un partido que tenía en la mano. No es la primera vez que le pasa al equipo, que da dos pasos adelante y uno atrás, que no acaba de coger una línea de continuidad. Grela opta por poner el foco en el lado más positivo: «Puede ser que en el tercer cuarto nos durmiésemos un poco en defensa. Pero hemos sabido aguantar y al final sacar el partido».
Por vez primera jugó con el número 23 a la espalda, porque le cedió el 10 a Brodziansky, de manera inmediata: «Es con el que jugaba cuando estuvo aquí y ¡qué le voy a decir! Es un lujo tenerlo con nosotros, un jugadorazo. Hay que aprovecharlo al máximo». Renunciar a su dorsal habitual no le supuso contrariedad alguna: «Antes de que llegase, ya me preguntó a través de Álvaro, y luego me lo dijo él ya estando aquí. No hay ningún problema. ¡Cómo no le iba a ceder el 10 a Vlado!».
Preguntado si pensaba sacar algo a cambio, entre risas comentó que «a ver si me invita a comer algo por ahí».
No tenía muy claro que número escoger y se decantó por el 23, en parte porque siempre fue un admirador de Michael Jordan.