El sudoku de los tres cincos del Obradoiro, «bendito problema» para el entrenador

ANDAR MIUDIÑO

XOAN A. SOLER

Gonzalo Rodríguez no descarta la opción de juntar dos torres, Balvin y Stephens

09 dic 2024 . Actualizado a las 18:30 h.

La incorporación de Balvin convierte la posición del cinco, en el Monbus Obradoiro, en la más complicada para el reparto de minutos. Es un siete pies contrastado, con pasado reciente y protagonista en la ACB. El veterano Stevic está demostrando con sus estadísticas y su juego que sigue siendo un pívot para estar en primera línea en la categoría. Y Jake Stephens responde a un perfil muy difícil de encontrar, el de un cinco con buena mano desde detrás de la línea de 6,75, con perspectivas de convertirse en un jugador diferencial.

Repartir los minutos entre los tres se va a convertir en un sudoku complicado de gestionar por Gonzalo Rodríguez que, sin embargo, se confiesa encantado ante tal desafío: «Bendito problema. Porque los tres están sanos, porque los tres pueden jugar, y porque tácticamente los tres encajan en todo. Bendito problema. Pero sí, nos va a exigir, nos va a exigir a todos esa flexibilidad de saber cómo rotarlos, de saber ya no solo cómo rotarlos, sino cómo utilizarlos sin perder a ninguno de los tres. Utilizar lo bueno que tienen y ponerlo a disposición del equipo».

En el baloncesto actual es difícil encontrar equipos que jueguen con dos torres. La buena mano de Stephens en la media y larga distancia abre la posibilidad de que pueda coincidir en la pista con Balvin. Con Stevic ya ha formado tándem en alguna ocasión. Pero con el internacional checo sería una pareja de dos jugadores de más de 2,13 centímetros. ¿Cabe esa opción? El entrenador no la descarta: «Requiere un tiempo de trabajo, pero podría. Sí, porque al final, yo pienso que un jugador que es listo te abre un montón de opciones. Que los jugadores que cogen las cosas, que aprenden las cosas... Y esto sucede, tenemos jugadores que son listos. Además, hay un segundo componente, que es el del trabajo».

En ese frente Stephens se ha significado como un abanderado desde el minuto uno. Incluso lleva el número 33 porque era el que le daban en la universidad al que más se aplicaba, y se lo ganó en más de una ocasión. Gonzalo Rodríguez puso el ejemplo del pasado viernes, tras el largo viaje de Palencia: «Llegamos a las cinco y media de la mañana. Lógicamente, fue complicado dormir. Yo me vine para aquí a trabajar y Jake estaba entrenando en la pista. O sea que hay, hay inteligencia por parte de todos y hay una voluntad muy grande de trabajar. Y eso hace que cualquier cosa sea posible. Pero necesitamos tiempo». Y ese es un bien escaso con la temporada en marcha.