Moncho López y Diego Epifanio, entrenadores del COB y el Leyma Coruña, destacan la capacidad del pívot para hacer daño con el triple y cerca del aro
23 sep 2024 . Actualizado a las 20:16 h.Jake Stephens empezó la pretemporada bajo sospecha en el derbi ante el COB y la completó deslumbrando en otro derbi, frente al Básquet Coruña, en la semifinal de la Copa Galicia. En aquella primera cita se abrió la jaula de los miedos y las dudas, en la última el vuelco fue de 180 grados y las expectativas se han desatado. En estos casos no suele estar de más la teoría del término medio de Aristóteles, sin perder de vista que el pívot americano puede ser el gran termómetro del Monbus Obradoiro esta temporada.
Las estadísticas, que siempre son indicativas pero no hasta el punto de encerrar toda la verdad, reflejan un rendimiento ascendente. En la Copa de España, ante el COB firmó 8 puntos y siete rebotes; en Mataró, 12 y 4; y frente al Santfeliuenc, 19 y 8 que le valieron para ser el jugador más valorado de toda la jornada. Contra el Básquet Coruña, en la Copa Galicia, descorchó su mejor versión, con 26 puntos y 13 rebotes. Fue el centro de atención de la contienda.
Predisposición al trabajo
Quizás el mejor aval para el jugador sea el que apuntaba el propio Jake Stephens en declaraciones a los medios del club para explicar por qué había escogido el 33: «Es especial para mí porque en la secundaria se lo daban a la persona que trabajaba más. Tuve la suerte y la oportunidad de usarlo durante tres años seguidos. Me sirve como recordatorio».
Héctor Galán, director general del club, ya significó en la presentación de Stephens que no hay dudas respecto a que «va a ser un gran jugador». El reto es conseguir que se vea la mejor versión lo antes posible. Ya le anticipa que llega a una competición en la que todos los rivales lo van a analizar al milímetro en el scouting, que en su estreno en Europa se va a encontrar con un baloncesto más táctico, y también barrunta que la mejora física y la contundencia cerca del aro serán dos indicadores claves en su evolución.
De momento, dos de los entrenadores que han jugado en pretemporada contra el Obradoiro dibujan el perfil de un jugador con potencial. Así lo indica Moncho López, técnico del COB: «Ya lo conocía, pero no al detalle. Sabía que tiene buena mano y buena puntería, pero me sorprendió la rapidez con la que es capaz de armar el tiro y lo bien que juega el pick and pop. En la zona central del arco puede ser demoledor. Y también tiene detalles en el poste bajo. Si gana consistencia de piernas y mejora el balance corporal, será más amenaza todavía. Juega bien sobre el hombro izquierdo y saca la mano derecha. Esa doble dimensión en ataque, fuera y dentro, no es fácil de encontrar. A todo eso le añade que es un buen pasador. Atrás, a veces, cometemos el error de pedir a un jugador con las características de Stephens que sea coordinado como un pívot de dos metros. Probablemente pueda ir a más, también, si consigue una mejoría física. En todo caso, no es un pívot que destaque por su capacidad atlética. Pero puede dar un buen rendimiento también a través de un buen posicionamiento, por su tamaño y por las defensas tácticas».
Diego Epifanio, entrenador del Leyma Coruña, se ha quedado igualmente con un buen concepto: «Es un jugador grande, que tiene mano para tirar de tres puntos, que tiene recursos para jugar cerca de canasta en el poste bajo y que, por su envergadura, ayuda en el rebote. En ese caso, en el partido que jugaron contra nosotros en la Copa Galicia, primero fue el factor diferencial para que el Obradoiro empezase a tener ventajas, un poco dado por esas situaciones de pick and pop en las que él estuvo muy acertado, de inicio y el resto del partido. Hizo unos porcentajes muy buenos. También estuvo muy acertado cerca de canasta y ayudó mucho en el rebote, sobre todo en ataque nos hizo mucho daño. Es una de las razones por las que el Obradoiro compitió tan bien contra nosotros».
Advierte acerca del contexto que se va a encontrar: «A ver cómo se adapta a una liga que a veces es muy táctica. Seguro que estará muy presente en el scouting de los equipos rivales y en el del Obra para que siga con un buen rendimiento. Su 2,11 le ayuda a hacer daño cerca del aro. Tener mano de tres les va a dar mucho juego para situaciones de pick and roll, short roll y pick and pop. Conviene no perder de vista que es un jugador joven, ante su primera experiencia en Europa, que necesitará su período de adaptación. Por no decir solo las cosas buenas, que hizo muchas contra nosotros, apuntar a ver cómo se adapta a partidos de ritmo muy alto. Quizás ahí pueda estar el punto más débil, cuando las transiciones son muy rápidas. Pero puede aportar mucho al juego colectivo que lleva en la cabeza Gonzalo».