La Copa de España, una buena idea con algún charco

Manuel García Reigosa
M. G. Reigosa EL PERISCOPIO

ANDAR MIUDIÑO

SANDRA ALONSO

12 sep 2024 . Actualizado a las 20:21 h.

La Copa de España es una idea que gusta a todos los actores pero que deja muchos puntos grises para el debate en su primera edición. Para el Obradoiro va a ser una competición deficitaria. Porque desplazar a Cataluña durante cuatro días a un grupo de veinte personas, en mitad del mes de septiembre, supone un coste notable. Podría haber cobrado entrada ante el COB, pero sería difícil explicarle a los abonados que a las primeras de cambio tendrían que pasar por taquilla para ver un partido que no estaba previsto cuando sacaron su abono. Además, los clubes tienen que encargarse de la retransmisión de cada encuentro. Todos son costes y ningún retorno. Y el criterio de proximidad geográfica, en el grupo en el que están los dos gallegos y tres catalanes, suena a broma de mal gusto. También podrían quejarse los equipos que tienen que afrontar desplazamientos fuera de la península: el Valladolid y el Ponferrada, en el grupo C, a Gran Canaria; y el Betis y el Algeciras, en el F, a Melilla. El agravio es considerable, porque cuando se puede organizar el viaje en autobús el mismo día y sin necesidad de pernoctar, los costes son otros.

La Copa de España es de nueva creación. Pero la ahora Primera FEB (antes LEB Oro) lleva años sin un patrocinador que ponga nombre a la competición y deje dinero en caja. Esa es una competencia de la Federación Española de Baloncesto, que también se encarga de la venta de los derechos de imagen en bloque. Los clubes, al inscribirse, tienen que cederlos. Las retransmisiones están ahora en manos de la plataforma OTT de LaLiga. Pero el dinero que llega a las arcas de las entidades deportivas es casi testimonial. Los presupuestos se tienen que nutrir, casi al ciento por ciento, de los abonos, las entradas, los patrocinios y las subvenciones.