
Temporada 11/12, la primera del Obradoiro con Moncho Fernández en la ACB. El equipo encadenó seis derrotas seguidas entre la cuarta y la novena jornada, y otras seis entre la decimotercera y la decimoctava, las cuatro últimas ante rivales de la zona baja y las cuatro en Sar. A falta de cuatro partidos el Obra podía sellar la permanencia ante el Estudiantes, penúltimo, en Madrid. Perdió. A la semana siguiente visitó al Valladolid, descendido. Ganar también le aseguraba la continuidad en la ACB. Perdió. Pero había varios cientos de aficionados en la explanada de Pucela para empujar al equipo y recordarle que aún había opciones. El Obradoiro ganó al Valencia en una jornada redonda e histórica en Sar. Por vez primera conseguía la permanencia.
Temporada 15/16. El conjunto santiagués era penúltimo en la clasificación, con siete victorias, en la vigésimo octava jornada. De los últimos veinte partidos había ganado dos. A principios de abril llegaron Kolesnikov y Maric. De los seis últimos partidos el equipo ganó cuatro y selló la permanencia en la penúltima jornada, en Andorra.
Temporada 21/22, antepenúltima jornada en Sar. Si el Obradoiro le ganaba al Real Madrid aseguraba la permanencia. Se llevaron la victoria los blancos en la última posesión, después de un tiro de Llull que no tocó aro y que rescató a tiempo Abalde apareciendo de la nada. Una semana más tarde el Obra consiguió ese triunfo salvador en Badalona.
En estos casi tres lustros el club ha conseguido sacar adelante situaciones y contextos deportivos más delicados que el actual. Y lo hizo siempre de la misma manera, con todos los estamentos alineados. Lo resume Albert Oliver en la fase que da pie al titular. Se fue de Sar después de tres cursos con la idea de que el Obradoiro es un club que tiene paciencia y que deja trabajar. Nunca dudó de su plan de ruta.
La pasada campaña el Granada solo ganó tres partidos entre la jornada novena y la trigésimo primera, en la que cayó en Sar frente al Obradoiro. Aguantó las bajas de jugadores importantes, fichó a Thomasson sin poner en riesgo su economía, ganó los tres últimos partidos y se salvó.
La diferencia en Sar, esta temporada, es que del club no sale ningún mensaje, salvo alguna intervención puntual del presidente para cubrir ese vacío. Sus más directos colaboradores son como la nube en la que se almacenan datos, están pero no se les ve.