Mendoza, alero del Obradoiro: «Me ganaba la ansiedad, estoy volviendo a ser el Rigo de antes»

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

XOAN A. SOLER

El internacional dominicano reconoce que le está costando recuperar el nivel

01 feb 2024 . Actualizado a las 21:42 h.

Para Rigoberto Mendoza esta no está siendo una temporada sencilla. Empezó ofreciendo su mejor versión, pero todo se truncó con la lesión en la fase previa de la BCL, que lo tuvo alejado de las canchas durante tres meses. Además, le ha tocado vivir todo este proceso lejos de su familia, que reside en Utah y que finalmente no ha podido trasladar su residencia a Compostela. Durante el parón de la Copa del Rey tiene permiso para poder hacer una escapada, aunque sea exprés. De alguna manera, está saliendo de su particular pretemporada, tras el largo parón por el percance físico.

Poco a poco todo se va recomponiendo, pero reconoce que las últimas semanas han sido muy duras, sobre todo porque veía que su rendimiento estaba muy lejos de lo que podía ofrecer su baloncesto: «Reaparecí ante el Breogán y aquel día todo estaba sencillo, me salió un buen partido, todo me parecía fácil. Pero no fue así. Enseguida me di cuenta de que el regreso iba a ser más complicado, me costaba adaptarme a los sistemas, a las rotaciones, a la defensa. No me veía, y me sentía mal».

La confianza del cuerpo técnico y una charla con Gonzalo Rodríguez, uno de los ayudantes de Moncho Fernández, le ayudaron a no caer en la desesperación: «Me hizo ver que lo normal no era lo del primer día, que todo tiene un proceso. Probablemente me ganaba la ansiedad y eso me pasaba factura. Ahora ya estoy más cerca, agarrando el ritmo y las habilidades que normalmente tengo. Estoy volviendo a ser el Rigo de antes». En este camino, el partido ante el Baskonia le valió para sentir que está recuperando el enfoque correcto: «Ojalá siga en esa línea y pueda ayudar cada vez más al equipo».

Al trasladar las reflexiones al plano colectivo, y más específicamente a los problemas que está teniendo el Obradoiro con el tiro de tres, apunta a la importancia de evitar las dudas: «Cuando los tiros no entran, claro que se nota. Parece que solo Jordan pueda lanzar. Y hay más jugadores que pueden hacerlo. Tenemos que dar ese paso adelante y seguir haciendo nuestros tiros de buenos porcentajes. Ahora no están entrando, pero eso cambiará».

Vestuario comprometido

Además, resalta el compromiso del vestuario: «Todo el mundo está poniendo todo de su parte. Los jugadores estamos convencidos de que saldremos de esta mala racha. Hay que combinar hambre, ambición, tranquilidad y trabajo, y saber que es normal que haya algo de tensión. Eso tiene que servirnos como incentivo».

No pudo jugar el partido de la primera vuelta en Las Palmas y, como debutante en la ACB, todavía no tiene un amplio conocimiento de los rivales. Pero sabe que el domingo espera un compromiso complicado: «He visto poco de ellos, pero son un equipo top. Para nosotros es una oportunidad de cambiar las cosas, de quedarnos con buen sabor de boca antes de la pausa (de la Copa del Rey y la ventana FIBA) para volver con más ánimo».