Obradoiro y Granada confrontarán sus manuales de resistencia en Sar

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

XOAN A. SOLER

Uno evitó la sala de autopsias in extremis, el otro va por su tercer proyecto

20 nov 2023 . Actualizado a las 19:29 h.

El Monbus Obradoiro y el Covirán Granada medirán sus fuerzas el sábado a las 18 horas en Sar. Son dos clubes con trayectorias de las que no se puede predicar el paralelismo, pero sí ciertas similitudes. De distinta manera, saben lo que es resistir y revivir. Y ahí está una de las diferencias. Desde su fundación, en 1970, la entidad compostelana estuvo una vez a las puertas de la sala de autopsias. No franqueó ese umbral porque lo impidieron José Ángel Docobo y José Ramón Mato. El baloncesto nazarí lleva dos certificados de defunción y el actual es su tercer proyecto en cinco décadas.

El empeño, y después el buen desempeño de Mato y Docobo, al que se fueron sumando más nombres propios, evitaron que al Obradoiro se lo llevasen por delante las deudas. La resistencia a partir de aquella fecha fue algo a caballo del milagro, la perseverancia y la determinación sin límites. Alimentaron y sostuvieron la llama de la fe en un proceso judicial que se alargó durante casi cuatro lustros y que acabó reconociendo el derecho de la entidad a jugar en la ACB.

La primera travesía santiaguesa en la élite duró un solo curso y el club fue capaz de volver al primer intento. Esta es la decimotercera campaña consecutiva en la Liga Endesa.

Pero mientras que el descenso le sirvió al club compostelano para tomar impulso, en Granada la pérdida de categoría acabó conduciendo a la desaparición. Dos veces. En lugar de optar por la resistencia, como sucedió en Compostela, se decantaron por resetear y volver a empezar.

Primera extinción

La primera extinción, que remite al año 1992, fue la del Oximesa. Tomó el relevo el Club Baloncesto Granada. Curiosamente, el mejor curso de su historia, el 9/10, coincidió con la primera presencia del Obradoiro en la élite. Aquel equipo andaluz acabó décimo. Al año siguiente, sin embargo, descendió. La ficha del último partido, un Granada-Gran Canaria jugado el 15 de mayo, saldado con un 69-93 en el marcador, concitó a 1.500 espectadores en las gradas. El paso por la LEB Oro acabó en Plata y, de nuevo, en la desaparición.

El Fundación Baloncesto Granada arrancó su singladura en el año 2012, en Primera División Andaluza, de la mano de su actual entrenador, Pablo Pin. Ascendió al equipo a la EBA. Tras dos años en la categoría, dio el salto a LEB Plata. Al tercer intento llegó a LEB Oro. Y tardó solo cuatro temporadas en completar la escalera de los ascensos hasta alcanzar la Liga Endesa. Logró la permanencia en la última jornada y la ficha de aquel encuentro recoge una asistencia de 8.319 aficionados en el mismo escenario de los 1.500. Los años que siguieron a la refundación y que llevaron al equipo a ir subiendo peldaño a peldaño hasta llegar a lo más alto sirvieron también para reenganchar a una afición que vuelve a disfrutar con el baloncesto y a apoyar a sus colores de manera incondicional.

El sábado, en Sar, se enfrentarán dos clubes que confrontarán los manuales de resistencia, de distinto signo, a lo largo de su historia, y también su capacidad de resistencia para sobrevivir en la categoría con presupuestos de bajo coste.