
Quizás uno de los grandes valores que tiene la afición del Obradoiro es una infinita paciencia unida a su capacidad para arrimar el hombro y saber distinguir que el equipo está por encima de las circunstancias. Y a eso cabe apelar para aplazar el ruido y el análisis ante una chapucería como la de no poder disponer a tiempo de los abonos físicos para el estreno.
El sábado empieza el curso. El domingo jugadores y cuadro técnico viajan a Turquía para afrontar la fase previa de la Basketball Champions League. El calendario del primer mes no ofrece tregua, porque el equipo tiene que aplazar las jornadas segunda y tercera de la Liga Endesa y recuperarlas entre semana. Es una campaña histórica, la del primer partido oficial en competición europea. Y, una vez más, la de buscar la permanencia en la ACB como primer gran objetivo. Nadie puede garantizar resultados en la cancha, pero en la parcela deportiva no hay más cambios que la llegada de Eduardo Pascual, y al menos en ese frente están claras las competencias y a quién competen.