Álvaro Muñoz, capitán del Obradoiro: «Iba para sobresaliente, pero la temporada no deja se ser buena»

ANDAR MIUDIÑO

PACO RODRÍGUEZ

«Intentas normalizar algo difícil de llevar, ese no saber qué va a pasar», indica acerca de la incertidumbre sobre su futuro

08 jun 2023 . Actualizado a las 20:22 h.

Álvaro Muñoz (Ávila, 1990) es uno de los pocos integrantes de la primera plantilla del Monbus Obradoiro que todavía sigue en Compostela. Esta ha sido su cuarta temporada en Sar y acaba contrato, pero el club tiene una opción para extenderlo hasta junio del 2024. El capitán pasa revista a una campaña que se convirtió en una montaña rusa de sensaciones, y a la que califica con buena nota.

—¿Qué hace un jugador profesional de baloncesto a la conclusión de la temporada, con el equipo ya de vacaciones?

—Después de una campaña con algunas molestias, lo que toca es aprovechar para recuperar bien y trabajar en aquellas cosas que dieron algún problema. Es tiempo para descansar y desconectar, sin perder de vista la condición física, sin dejar de hacer cosas

—Fue un curso con altibajos, pero acabó a un buen nivel.

—Me he encontrado bastante bien, salvo algún pequeño esguince. Solo me perdí un partido por una amigdalitis. La idea es mantener ese nivel, teniendo en cuenta que el cuerpo agradece descansar un poco y la mente también.

—¿Al echar la vista atrás tiene la sensación de que la temporada iba para sobresaliente y se aguó en la segunda vuelta?

—Sí, hubo un momento en el que la temporada parece que iba para sobresaliente, pero no deja de ser buena. Las segundas vueltas son muy duras, todos los equipos ajustan mucho. A lo mejor, no sé si mentalmente, nos dolió el partido del Breogán, que estaba encarrilado. Quizás marcó un punto de inflexión y estuvimos más bajos en los siguientes, pero no dejamos de luchar en ningún encuentro. Pasamos por una racha negativa. En la primera vuelta le ganamos al Betis y al Manresa y perdimos con ellos en la segunda, cuando se jugaban la vida y estaban en un buen momento. Esos partidos en las segundas vueltas son muy complicados. Uno o dos partidos más ganados hubiesen dado otra perspectiva, estuvieron muy cerca, pero se nos escaparon.

—¿Cuál fue el mejor partido de este curso?

—Diría que el de Baskonia, en casa. Teníamos que ganar para mantener opciones de Copa ante un rival que estaba a un nivel increíble. Y lo hicimos.

—¿El peor?

—Por sensaciones, el de Manresa allí, porque no entraba nada, aunque al final dimos la cara. En casa, contra el Joventut. Desde el primer cuarto no nos dieron opción.

—Son días en los que se están agitando las aguas del club. ¿Cómo los ve desde su posición?

—Se va José Luis, que es uno de los emblemas y artífices del éxito de las últimas temporadas. Eduardo llegará con toda la ilusión. En el mundo profesional lo extraño es la estabilidad alargada en el tiempo que se vio aquí. Ahora hay incertidumbre, como siempre que hay cambios. Intento abstraerme. Son semanas decisivas para el club, cambiando los aires.

—En su caso, sin perder de vista que el Obradoiro tiene una opción de prorrogar su contrato.

—Así es. El club tiene una opción de renovar para la siguiente temporada. Imagino que estarán a vueltas con el presupuesto, con estos cambios en la gerencia, y supongo que la primera pieza será el entrenador. A partir de ahí ya se verá.

—¿Cómo se gestiona no saber en junio en qué equipo jugará y en que ciudad vivirá dentro de un par de meses?

—No es la primera vez, pero eso no lo hace más sencillo. Y, con familia, es todavía más complicado. Intentas normalizar algo que es difícil de llevar, ese no saber qué va a pasar. La experiencia ayuda a no estar muy nervioso en ese aspecto. El año pasado se resolvió más tarde y ya empezaba a estar más intranquilo. Estar pendiente de que el teléfono suene no es muy agradable.

«Miami me recuerda un poquillo al Obra»

Sin competición los fines de semana y sin entrenamientos en el día a día el tiempo da para mucho, también para disfrutar del deporte de la canasta desde otra perspectiva.

—¿Sigue conectado al baloncesto por televisión?

—Ahora veo más. Sobre todo NBA, los partidos enteros. Me encanta. Lo ves desde fuera, más como espectador, y lo disfrutas más. Durante la temporada, cuando ves a otros equipos de ACB, buscas más el análisis, cómo defienden, por donde se les puede hacer mas daño, porque son rivales.

—¿Jokic es de otro mundo?

—Nikola Jokic es muy bueno, también Jamal Murray.... Pero Miami me parece que sería una de las mayores sorpresas, si consigue hacerse con el anillo. No sé si ha pasado alguna vez en la historia. Vienen de la repesca del play in, tienen cuatro jugadores no drafteados, la suya es una historia increíble.

—¿Se parece Miami al Obradoiro?

—Pues un poquillo sí, es cultura del esfuerzo, de trabajo. Riley y Spoelstra llevan muchos años, hay un ambiente especial. A Butler, que pasó por varios equipos, lo han encajado. Podría ser.

—¿Y Spoelstra y Moncho Fernández?

—Sí, puede ser. Son muy tácticos los dos. La manera de jugar y defender de Miami es una chulada

—¿Su pronóstico en la ACB?

—Si me equivoco, que vengan luego. Creo que va a ganar el Barça. Tienen la espinita de la Euroliga y se la quieren sacar.

—¿Contra el Madrid o el Joventut?

— Contra el Madrid.

—¿Qué planes tiene para el verano?

—Pues voy a ser papá por segunda vez. Mi mujer sale de cuentas en julio, quedan menos de dos meses.

—Lleva cuatro años en el Obradoiro. ¿Qué es lo que más le llama la atención?

—Al llegar a Santiago lo que me encuentro es una manera de trabajo y una metodología que se han mantenido a lo largo del tiempo. En otros clubes he vivido más cambios, también de entrenadores. Nunca me había encontrado con la estabilidad de trabajar de la misma manera durante cuatro años. También destacaría el hecho de saber seguir el guion, cuando las cosas han ido bien y cuando no iban tan bien, esa confianza en que las cosas van a salir.