El Obradoiro está entre dos fuerzas, el desgaste y un horizonte minado

ANDAR MIUDIÑO

PACO RODRÍGUEZ

La duodécima permanencia y el undécimo puesto dejan sensaciones mezcladas

25 may 2023 . Actualizado a las 20:10 h.

«Acabamos undécimos y parece como si estuviésemos de luto». La frase es de un aficionado del Monbus Obradoiro y sitúa al club ante su espejo, en un punto en el que le toca manejarse entre dos fuerzas que hacen más difícil respirar y trazar las cartas de navegación; la factura del desgaste y el horizonte de una nueva temporada que estará sembrada de minas y dificultades.

Han perdido la categoría el Fuenlabrada y el Betis, dos equipos del pelotón de clubes con menos de cuatro millones de presupuesto. Ya ha certificado el ascenso el Andorra, que manejará un monto superior a ese umbral, y con unas condiciones fiscales más ventajosas. Y si la otra plaza es para Burgos o Estudiantes, previsiblemente estarán también por encima de los cuatro millones. En el caso de los de la ciudad del Cid, con seguridad.

Atrás queda una temporada con luces y sombras, con la segunda mejor clasificación de la historia. Por delante asoma un nuevo desafío, uno de los más complicados de los tres últimos lustros. No es fácil regenerar la ilusión, y más difícil todavía sin poder dar un salto cuantitativo en el presupuesto.

Jugar siempre con las tres bes, bueno bonito y barato, comporta sus riesgos. Doce años eludiendo el descenso pueden saber a poco, y de ahí el desgaste. Pero para acabar entre los diez primeros, circunstancia que solo se dio una vez, sin margen para tirar de talonario, tiene que darse una temporada muy redonda, y que alguno de los grandes flojee. Esta campaña las lesiones no ayudaron. Y los más pudientes no se descabalgaron.

Afición

Una media de 5.200 seguidores en Sar. Una de las buenas noticias que deja esta temporada es la imagen de Sar, con una muy buena media de 5.200 espectadores. El club se ha preocupado más de las acciones puntuales, que se hicieron notar sobre todo el primer y el último día, ambos entre semana. Ante el Zaragoza se notó la promoción entre los universitarios, frente al Fuenlabrada, la presencia de los equipos de la cantera y una nutrida representación de Ames. Las tres mejores entradas fueron las del Breogán (6.000 espectadores), Real Madrid (5.815) y Barcelona (5.641); las tres más flojas, Fuenlabrada (4.712), Murcia (4.730, en Semana Santa) y Granada (4.786).

Si el Obra consigue moverse en estas cifras, tendrá mucho camino andado. El Málaga, la pasada campaña se quedó por debajo de los cinco millares. En esta casi duplica su media. El Granada, en su anterior descenso, llevó al último partido de Liga 1.500 espectadores. El miércoles había más de 8.000. Y euforia desatada. Consolidar más de cinco millares en Sar, a pesar del desgaste, es una buena media.

Futuro

Tiempo de reflexión. Son días de reflexión y análisis. Es el mismo mensaje que envía tanto el club como Moncho Fernández, que acaba contrato. El martes hay consejo de administración y ese será el momento para hacer balance del curso y esbozar el presupuesto del próximo. La primera reunión de cara al proyecto deportivo del nuevo curso será con Moncho Fernández, porque la primera incógnita que tiene que desvelarse es quién llevará las riendas desde el banquillo.

Cuando llegue ese momento, el Obradoiro sabrá, grosso modo, el contexto económico en el que se moverá. Si la apuesta es por la continuidad, la pelota pasará a estar en el tejado del Alquimista de Pontepedriña, para que decida si vuelve a aceptar el reto o es él quien se decanta por poner fin a la singladura en Sar.

Europa

Pros y contras del sueño continental. Jugar por vez primera en la historia competición europea podría ser un buen antídoto contra el desgaste. Y, si como sucediese el año pasado, el undécimo clasificado recibe una invitación de la BCL para disputar una ronda previa, el Monbus Obradoiro la aceptará.

No es fácil compatibilizar Europa con la ACB. No hay más que ver la campaña 21/22, en la que Andorra y Burgos bajaron a la LEB a la par que jugaron en el continente.

El Manresa, en cambio, aquel año llegó a la fase final de la BCL y se clasificó tanto para el play off como para la Copa. Fue una temporada en la que todo le salió a pedir de boca. En esta, en cambio, no ató la permanencia hasta la penúltima jornada y estuvo inmerso en un largo proceso de reconstrucción. A las órdenes de Pedro Martínez estuvieron veintiún jugadores y dos con ficha sub 23. Tanto vaivén tendrá su repercusión en las cuentas.