El Obradoiro está en un mes clave para intentar reforzar el equipo

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

Sandra Alonso

Hasta la fecha las gestiones para suplir a Dragan Bender han sido infructuosas

09 feb 2023 . Actualizado a las 20:22 h.

Dragan Bender se lesionó el 11 de noviembre en Miribilla, cuando estaba a punto de terminar el partido ante el Bilbao Basket. Días después las pruebas médicas revelaron que la lesión era de larga duración y el Monbus Obradoiro activó la búsqueda de un relevo en el mercado. Han pasado casi dos meses y de momento las gestiones no han fructificado.

Este sábado el equipo visita al Girona y después la Liga Endesa abre un paréntesis de dos semanas, por la Copa y la ventana FIBA. Y cabe esperar que en ese tramo se mueva más el mercado.

Hasta la fecha, los intentos realizados han sido infructuosos. Entre ellos, el de repescar a Vlado Brodziansky, con el que contactó el club cuando tuvo constancia de que el Partizán le había puesto fecha de caducidad. No fue posible siquiera la negociación porque el Joventut lo había incluido en el derecho de tanteo y, además, también buscaba reforzar esa misma posición. De hecho, acabó por incorporarlo.

Lo mismo, pero al revés, sucedió con Kassius Robertson. Si el Obra no lo hubiese incluido en la lista de tanteo al finalizar el pasado curso, no hubiese estado en situación ventajosa para recuperar al escolta canadiense en lugar del lesionado Marcus Paige. Al menos otras dos entidades de la ACB presentaron oferta para que en Sar renunciasen a los derechos por el jugador. Y la respuesta fue negativa.

El Monbus Obradoiro tiene una pequeña ventaja. Puede acudir a cualquier mercado, ya que dispone de una ficha de extracomunitario libre. Otrora la G-League era un caladero que ofrecía muchas opciones y en todas las posiciones. Ahora no.

La larga sombra de la NBA

Las cosas han cambiado sustancialmente. Los equipos nodriza de la NBA disponen de más fichas y en mejores condiciones económicas. Y la posibilidad de ver cerca el salto a la primera liga del mundo, aunque sea con un contrato temporal por un corto período, retrae a muchos jugadores cuando reciben ofertas de otros continentes.

El Obradoiro hizo un intento, incluso a sabiendas de que una respuesta afirmativa obligaría a pagar el llamado buy out de salida, que obliga a desembolsar 50.000 dólares. El jugador en cuestión precisó desde el principio que no se movía, por lo que el club santiagués no llegó a presentar oferta.

Cabe esperar que el mercado se mueva más en las semanas venideras. Este jueves comienzan los octavos de final en las rondas eliminatorias de la liga australiana, de modo que se irá incrementando paulatinamente la lista de jugadores que acaban contrato. Y una vez que quedan atrás las competiciones de Copa de la semana próxima, y van avanzando etapas las continentales, también suele agitarse algo el trasiego.

El Obradoiro va a estar ahí, atento, con la caña preparada. Otra cosa es el margen económico para maniobrar. El hecho de estar dispuesto a abonar el buy out de la G-League, si fuera el caso, indica que la entidad está por la labor de hacer un esfuerzo adicional.

 Cabe apuntar que las lesiones de Bender, Paige y Walker no suponen un ahorro para las arcas ya que son contratos garantizados y no hay un seguro que cubra las bajas.

La última vez que en Sar suscribieron una póliza para eventuales lesiones fue en la temporada de Maxime de Zeeuw en el equipo. Y actualmente el club y la aseguradora están pendientes de resolver sus diferencias en un juzgado.