Orgullo y reconocimiento en Sar, la afición del Obradoiro disfrutó de una jornada única

Una vez más el Monbus Obradoiro ha sido fiel al lema «ad astra per aspera», que se puede traducir como «hacia las estrellas por el camino más difícil». También se utiliza en los casos en los que el esfuerzo conduce al triunfo. Y el sábado el colectivo de Moncho Fernández añadió otra perspectiva, que de alguna manera envuelve todas las anteriores, porque doblegó a las estrellas del Barça después de una semana repleta de contratiempos y de ocho años perseverando sin premio.

La de Sar es una afición que consigue ver más allá de los resultados. Y lo volvió a demostrar rezumando felicidad y orgullo, más por las circunstancias que por la victoria. Animalada, machada, ¿alguien sabe si fue un sueño?, proeza... Son algunas de las palabras de los seguidores en las redes sociales al poco de concluir la contienda.

El Sweet Caroline más dulce

Ni las bajas ni las gripes quebraron la fe de un grupo que peleó por su suerte con uñas y dientes hasta el último segundo. Porque fue otro final a cara o cruz y esta vez sonó el Sweet Caroline de Neil Diamond. Cada vez que eso sucede, hay celebración conjunta de jugadores y afición. Esta vez las gradas tardaron más en vaciarse. Había ganas de disfrutar de una jornada de las que no se olvidan.

Cada vez que el Obradoiro y el Barcelona miden fuerzas las apuestas están a favor del conjunto azulgrana. En esta ocasión, más todavía, cuando en los prolegómenos de la contienda se supo que a la baja de Westermann, consabida, se sumaban las de Dragan Bender y David Walker. En cierto modo es como si el rival compareciese sin Satoransky, Mirotic y Óscar da Silva.

Fue la semana más difícil en mucho tiempo, porque había esperanzas de que el croata, el jugador más valorado del equipo hasta la fecha, pudiese recuperarse a tiempo. Y porque el americano, aunque lastrado, es de los que aguantan el dolor y le venía dando algunos minutos de relevo a Thomas Scrubb. Esta vez fue imposible.

Fue también una semana complicada por la confirmación de que Marcus Paige deberá pasar por el quirófano y tendrá por delante una larga convalecencia. Lleva poco tiempo, pero es de esos jugadores que deja huella en el vestuario por su implicación.

Los hermanos Scrubb, como todo el equipo, estuvieron soberbios. Pero a mitad de semana corría riesgo su participación, cuando Thomas anunció que estaba en cama con 40 de fiebre y su hermano Philip en una situación similar. Les bastó un día para recuperar algo de energía y volver a los entrenamientos, cuando nadie los esperaba tan pronto. Uno jugó más de 37 minutos y el otro algo más de 31.

Buena prueba de que la semana estuvo salpicada de contratiempos es que llegaron a trabajar con la primera plantilla cuatro jugadores del filial: Niang, Taboada, Bocca y Santi Paz. Este último, además, debutó. Y se ganó uno de los aplausos más cariñosos de la grada.

Cántico para Santi Paz

Todo se lo ha ganado a pulso en la cantera compostelana, en el Rosalía y en el Obra. Fue uno de los integrantes del conjunto de la Minicopa en A Coruña. Ya sabe lo que es jugar con el primer equipo y no lo olvidará, tampoco los cánticos de los compañeros, cuando corearon su nombre, nada más entrar en el vestuario.

Tampoco olvidará Robertson el aplauso que le tributó la afición en la ronda de presentaciones. Fue el reconocimiento a sus dos años anteriores en el club y la confirmación de que es bienvenido. El escolta canadiense agradeció a través de las redes sociales todo el afecto recibido.

Después de la victoria ante el Barcelona, y teniendo en cuenta que el próximo partido se disputará el domingo, en Bilbao, el cuadro técnico dio dos días de descanso. No obstante, este lunes está programada jornada voluntaria para trabajos individuales y serán varios los jugadores que se acercarán a Sar..

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