Oliver y el Obra tienen cita en Sar

Manuel García Reigosa
m. g. reigosa SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

PACO RODRÍGUEZ

La afición se apresta a despedir con honores al base, en su adiós como jugador profesional, y al equipo tras lograr la undécima permanencia en la ACB

13 may 2022 . Actualizado a las 21:44 h.

Sar se apresta a vivir una tarde noche festiva en la última jornada de la Liga Endesa. A las 20.45 horas de este sábado el Monbus Obradoiro recibe al Valencia (Movistar TV, canal 192) y la afición quiere despedir con honores a Albert Oliver, que disputará su último partido como jugador profesional después de casi cinco lustros en las canchas, y al equipo, que certificó en Badalona la permanencia en la ACB por undécima temporada consecutiva.

Albert Oliver debutó en la ACB en octubre del 1997 con el Joventut, frente al Valencia. Entonces tenía 19 años. Al día siguiente nació su actual compañero de equipo y demarcación, Fernando Zurbriggen. Y este sábado, otra vez ante el Valencia, pondrá el punto y final a su brillante carrera.

Arropado por todos sus compañeros, el cuerpo técnico y varios consejeros del club, y en presencia de su esposa y sus dos hijos, le llegó el turno de la rueda de prensa de despedida, desde el centro del parqué. Aguantó el tirón hasta que empezó a explicar cómo había tomado la decisión. Y ahí hubo un momento en el que no pudo contener las lágrimas.

Él mismo recordó que había acabado bien el pasado curso y que encaró este convencido de que todavía le quedaría uno más antes de colgar las botas. Por el camino llegaron experiencias y vivencias que lo llevaron a repensar las fechas.

La alerta saltó en un partido, el disputado en Sar frente al Unicaja: «Ese día empiezo a darle vueltas. Cuando entro al vestuario, en la ducha, me empiezo a plantear que puede ser mi último año. Van pasando las semanas y lo voy viendo claro. Lo fui meditando. Cuando jugamos aquí contra Manresa, que viene mi familia y no estoy convocado... Estoy en la banda... Lo sabe muy poca gente (empieza a verse embargado por la emoción).... Ellos entran y, cuando me giro, los tres están llorando... Seguramente fueron los momentos más duros para mí. Sabían que no iba a ir convocado, pero me vieron ahí sin poder jugar y empezaron a llorar. No sé como lo hice, pero aguanté. Supongo que ver a su marido y a su padre sin poder jugar fue muy duro para ellos. Para mí también. Después del partido, a mis hijos se lo dije, que pensasen que seguramente iba a ser mi última temporada. Aun así, los dos no querían. Antes del partido del Real Madrid ya se lo dije, que era seguro». Esperó a la salvación matemática para confirmar esa decisión al vestuario y un día después la hizo oficial.

Ofició como anfitrión el presidente, Raúl López, quien recordó que Oliver recaló en el Obra con un contrato de seis semanas por la lesión de Kartal Ozmizrak, en el 2020. Se extendió hasta final de temporada y acabó firmando una más. El mandatario confirmó que el club ya había intentando ficharlo antes en más de una ocasión, pero «fue imposible». Hasta que apareció la oportunidad.

Le agradeció la dedicación y la aportación tanto en la pista como en los intangibles. Y expresó el convencimiento de que «haga lo que haga» en adelante «lo hará bien». Oliver tiene claro que quiere seguir vinculado al baloncesto, pero ya tendrá tiempo de explorar nuevas vías. Antes, le queda el partido ante el Valencia.

Moncho Fernández confirmó que «la historia de Albert y el Obra pudo haber empezado antes», pero al jugador no le fue fácil salir de Gran Canaria, donde está afincado. «Reúne todos los valores soñados en un deportista: compromiso, sacrificio, pelea, el nosotros antes que el yo, es un compañero excepcional». Así definió el Alquimista de Pontepedriña a su discípulo, como «el profesional soñado». También le augura un gran futuro «cerca del baloncesto».