El Obradoiro se suma a la ola de los marcadores altos en la ACB

ANDAR MIUDIÑO

Sandra Alonso

En los 106 partidos de la Liga Endesa disputados hasta la fecha, solo dos equipos han ganado con 70 puntos o menos

07 dic 2021 . Actualizado a las 20:21 h.

En las primeras temporadas del Obradoiro de Moncho Fernández en la ACB había un mantra: dejar al rival por debajo de setenta puntos era casi garantía de victoria. En esta campaña lleva cuatro triunfos, en los que la anotación se ha ido hasta 87 o más. Y en ninguno de los doce encuentros disputados hasta la fecha ha dejado al rival por debajo de 70. Solo consiguió frenar a tres adversarios por debajo de los 80: al Real Madrid, 78; al Betis, 76; y al Barcelona, 79.

Si el repaso de los números se extiende a las 106 contiendas de las doce jornadas disputadas en la Liga Endesa, la conclusión es la misma: hay una creciente tendencia hacia los marcadores largos. En esos 106 encuentros, solo dos equipos consiguieron la victoria anotando 70 o menos puntos: el Real Madrid ante el Burgos, en la primera jornada, 70-63, y el Valencia en Burgos, en la sexta, 65-69. Si se amplía la frontera de anotación en los triunfos hasta los 75 puntos hay que sumar otros diez encuentros.

A bote pronto, sin necesidad de revisar estadísticas, Albert Oliver ya comentaba la semana pasada en una entrevista que «ahora casi todos los equipos llegan a ochenta puntos o por ahí». Y el propio Moncho Fernández dejaba este titular en la antesala de la temporada: «En el baloncesto actual el ataque gana títulos y la defensa partidos».

El Monbus Obradoiro no se sustrae a esa tendencia. Si acaso, lo que habría que calibrar es qué porcentaje corresponde al perfil de los jugadores fichados y cuánto a la búsqueda de jugadores con puntos en la mano.

Ibon Navarro, en su etapa en Murcia, decía lo siguiente antes de un partido contra el conjunto santiagués: «Te exigen estar más de 24 segundos concentrados. Sus armas defensivas y de ataque son difíciles de reproducir a la hora de entrenar. Va a ser difícil, pero espero que estemos mentalizados de que va a ser un partido muy largo». La semana pasada advertía del cambio: «Será muy importante controlar su juego a campo abierto porque ahora Obradoiro es capaz de atacar rápido y ya no es ese equipo que jugaba siempre posesiones largas».

Lo cierto también es que el Alquimista de Pontepedriña siempre se ha adaptado a las circunstancias y las características de la plantilla. El ejemplo más claro remite a la temporada del ascenso. Empezó con Maceo Baston, un pívot de talante ofensivo. Después de su espantada, y viendo el rendimiento en ataque de jugadores como Oriol Junyent, Corbacho, Deron Washington y Bernard Hopkins, optó por Ruffin, sabiendo que era una roca atrás y a pesar de que iba a necesitar tiempo para terminar de recuperarse de una lesión.

Matt Thomas llegó con un rol y antes de empezar el curso ya era pieza maestra del engranaje. Con Dejan Kravic el pick and roll dejó de ser una excepción en los sistemas.

Lo dijo en su día Diego Ocampo. Una de las grandes cualidades de Moncho Fernández y su cuerpo técnico es la capacidad de hacer «trajes a medida» de cada jugador.