Jesucristo García

Miguel Gómez

ANDAR MIUDIÑO

Sandra Alonso

07 nov 2021 . Actualizado a las 20:16 h.

Aún dolía la derrota contra Tenerife. Parece que la liga acaba de empezar y ya voló la mitad de la primera vuelta. Esta mañana estaba en la cama, tapado con tres mantas, buscando puntos débiles en la plantilla del Barça y me dije: «Del tiempo perdido en causas perdidas nunca nunca me he arrepentido. Si me caigo y no me levanto, si lo olvido, recuérdame que soy un poeta y mi vida una letra que escribo en hojas en blanco». En blanco se quedó el Barça las dos últimas jornadas de Euroliga. Si hubiesen perdido en Jerusalén y en Roma, podríamos concluir que también tendrían que perder en Santiago y en Murcia, las otras dos ciudades santas del cristianismo, pero perdieron en Tel Aviv y en Milán, y en Milán solo triunfan los escogidos.

Sorprendió el Barça saliendo con dos bases. Primera mala noticia, Laprovittola es otro de esos jugadores encariñado especialmente con los aros de Sar. Que estuviese Mirotic en el quinteto inicial no era sorpresa, pero sí peor noticia. Sin Suárez ya sufrimos, y de qué manera, con Wiltjer. «Concreté la fecha de mi muerte con Satán». Golpeó el Barça con Mirotic y Laprovittola; rápido tiempo muerto de Moncho. Siguió golpeando; rápidos cambios: Filipovity y Zurbriggen a pista. Mejoró el Obra en defensa; faltaba paciencia, y una pizca de suerte, para hacer daño a la defensa de cambios del Barça. Primero llegó la paciencia y, justo antes del descanso, la pizca de suerte. Jasikevicius había ido repartiendo minutos jugando con el marcador y se iba cabreado y contrariado al vestuario. Detrás iba Moncho tarareando «Soy Evaristo, el rey de la baraja». Repitió formato Jasikevicius tras el descanso, aunque el alero ahora lo ocupaba Kuric. El Barça encontraba puntos en sus pequeños, el Obra, si atacaba con paciencia, en Birutis. Pero cada vez que el Obra se precipitaba y el Barça podía jugar en transición nos penalizaba. Tras un intercambio de canastas, llegó la tercera de Birutis. Sin la referencia del lituano, volvieron otra vez los problemas para atacar la defensa del Barça, que se fue a los 15 puntos de ventaja. «Resucité al tercer día en un psiquiátrico, absurdo invento».