El catecismo de Moncho Fernández

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

XOAN A. SOLER

Los diez mandamientos de su doctrina arrancan con la palabra Obradoiro, «lugar en el que se trabaja», y tienen a la afición como «razón de ser»

22 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La que acaba de empezar es la duodécima temporada de Moncho Fernández al frente del Obradoiro. Son doce proyectos distintos, cada uno con sus matices, siempre con variantes que tratan de extraer el máximo rendimiento a los jugadores que van pasando por Sar y que en muchos casos han crecido de manera exponencial. Es la esencia de la alquimia. Cambian los nombres y cambia la manera de jugar, pero con un denominador común: son equipos que se pasan mucho el balón. Lo que no cambia es la ilusión. Si se puede medir, es la misma o incluso más que la del verano del 2010, cuando arrancó la singladura. Y en el discurrir de esta travesía se puede hablar de un catecismo de Moncho Fernández, de una doctrina tan válida el primer día como el resto de los más de 4.000 que suma en el mismo equipo al que vio jugar de niño, como espectador, en el viejo pabellón de Sar. 

Primero

Obradoiro, lugar en el que se trabaja. A los veteranos ya no les pilla por sorpresa. Los nuevos, en la toma de contacto con el cuerpo técnico previa al inicio de la pretemporada, se encuentran con un mensaje que centra lo que está por venir: «Obradoiro es un lugar en el que se trabaja». El esfuerzo en el día a día es innegociable. Todo está muy pautado y no caben atajos. 

Segundo

Máxima atención en todo lo que no tiene que ver con el talento. Las situaciones que no dependen tanto del talento cuanto de la predisposición y la actitud están muy presentes en todos sus planteamientos. No se cansa de repetir que hay que prestar la máxima atención a los denominados básicos, es decir, a las acciones de uno contra uno, al balance defensivo, al rebote. En esas facetas son menos disculpables los malos días. El control de las pérdidas de balón es otra de las consignas recurrentes. 

Tercero

«Do the fucking rules», hay un plan de partido. El célebre tiempo muerto en el que repite la frase «do the fucking rules» mientras golpea la pizarra resume una de las máximas de Moncho Fernández. Siempre hay un plan de partido, unas normas que no se pueden soslayar. Las faltas de atención en esta materia o los despistes tienen mal encaje. 

Cuarto

Entrenamiento a entrenamiento. La filosofía de ir partido a partido que defiende el Cholo Simeone se queda corta para Moncho Fernández, que prefiere hablar de entrenamiento a entrenamiento. En semanas como esta, en las que el Obradoiro se enfrentará el viernes al Joventut y el domingo al Real Madrid, no hará una sola concesión al choque de la tercera jornada mientras no se dispute la segunda. Y apuesta por centrar la atención solo en la sesión de trabajo más inmediata. El monchismo va un paso más allá que el cholismo.

Quinto

Si no mejoras, empeoras. Es otro de los axiomas del técnico santiagués. Son incontables las horas de análisis para diseccionar el baloncesto de los rivales y el del equipo propio. El libro de jugadas no para de crecer año a año. La exigencia de la Liga Endesa es máxima y en el vestuario del Obradoiro tienen claro aquello de que «camarón que se duerme, se lo lleva la corriente». 

Sexto

El exceso de análisis puede producir parálisis. En las rachas de derrotas suele subir la temperatura de los debates y la búsqueda de respuestas. Sostiene que defensa y ataque no se pueden analizar por separado, porque influyen mutuamente. También señala que a veces no es fácil encontrar esas respuestas, que la revisión de los partidos puede corregir sensaciones que se tienen nada más acabar la contienda. Hay cuestiones que no se pueden explicar ni controlar y que son determinantes, como es el caso del acierto en el tiro. Y, en todo caso, suele indicar que darle demasiadas vueltas a las cosas tiene sus inconvenientes. 

Séptimo

No hay fechas en rojo en el calendario. El zapato no aprieta siempre de la misma manera. Hay partidos en los que la necesidad de ganar es mayor, por las circunstancias y la trascendencia en la clasificación. En el catecismo de Moncho Fernández todos los duelos son igual de importantes y está prohibido hablar de «partidos de nuestra liga». Al propio tiempo, entiende que la presión es consustancial al baloncesto. 

Octavo

Lo que no depende de uno... Una de las frases mas empleadas por el entrenador del Monbus Obradoiro es aquella en la que constata que no pierde el tiempo en cuestiones que no dependen de su negociado. Considera que es una manera de dilapidar energía. La última vez que la utilizó fue la semana pasada, cuando todavía no se sabía si llegaría a tiempo la inscripción de Kassius Robertson con licencia Cotonú. Hace suya una de las máximas del estoicismo: en algo que no depende de uno, no valen lamentaciones. 

Noveno

Pasión por el baloncesto. Moncho Fernández no oculta que disfruta con el deportes de la canasta y emplea un razonamiento que hace extensible a sus jugadores: «Somos unos privilegiados. Nos gusta el baloncesto y además nos pagan por ello». 

Décimo

La afición es la razón de ser. Si tuviese que ordenar en una escala de valores los distintos factores que tienen que ver con el baloncesto, en primer lugar pondría a la afición. Lo argumenta en una sola frase. «Es nuestra razón de ser». También tiene claro lo que piden los seguidores del Obradoiro. Como los de cualquier otro equipo, quieren ganar, pero lo que demandan es «lucha y entrega».